La vida del vigués Nico Rodríguez, medalla de bronce en la modalidad de vela 470 masculino de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, pudo haber sido muy diferente. Y es que el regatista gallego tenía pensado dejar de competir para dedicarse a su profesión, la odontología. El deportista ya planeaba mudarse a Países Bajos para iniciar allí una nueva vida, desvinculado del mundo del deporte profesional.
Fue después los Juegos de Río de 2016 cuando la vida de Nicolás Rodríguez dio un cambio. Jordi Xammar, su actual compañero, se había quedado solo después de que Joan Herp decidiese centrarse en sus estudios y dejar de competir. Con él había quedado en 12º lugar en la cita olímpica.
Así, llegaría la llamada que derribaría por completo los planes del vigués. El catalán cogió el teléfono y Nico dijo que sí. A partir de ahí, no dejaron de navegar juntos y de ganar premios. En 2018 se hicieron con la medalla de bronce en el Campeonato Mundial e irían acumulando otros reconocimientos hasta conseguir la medalla de bronce en Tokio 2020 este miércoles.
Por ello, Nico Rodríguez agradeció "a todo el equipo español la oportunidad" que le dieron para estar en Tokio 2020, y recordó que "hace cinco años empezaba otra aventura camino de Holanda" para centrase profesionalmente en sus estudios de odontología.
El vigués añadió al respecto que recibió "una llamada" para unirse a este proyecto olímpico y que si no la hubiera recibido no "hubiera cumplido este sueño".
