Tourmalet, la leyenda a partir de una mentira

Es "la montaña" de los Pirineos y, tal vez, del Tour. 

El Tour afronta este sábado el paso por el Tourmalet en el transcurso de la octava etapa, que finalizará en Bagneres de Luchon. Se trata de "la montaña" de los Pirineos, y tal vez del Tour, que este año cumple 103 ediciones. Pasar en cabeza por su cima abre un lugar en el libro de oro de la carrera y para el simple aficionado, una foto es un recuerdo inolvidable.

El Tourmalet (2.114 metros) es un muro de 17 kilómetros situado en el corazón de los Pirineos. Su porcentaje medio es del 7,4 por ciento y tiene rampas del 10 y 12. Es el lugar donde Bahamontes, el "Àguila de Toledo", no temía a nadie.

La "montaña de mal retorno", según la traducción a la lengua gascona, es una montaña que enamora, un lugar simbólico, de culto para profesionales y aficionados, donde se guarda como un tesoro la épica del Tour y del ciclismo. También un desafío, un símbolo que tuvo su origen en el deseo de probar los límites humanos.

La relación eterna entre el Tour y el Tourmalet empezó en 1910, cuando el periodista de L`Auto Alphonse Steines fue a investigar las condiciones del puerto y pasó un falso informe al director del Tour, Henri Desgranges. "He cruzado el Tourmalet. La carretera es buena y transitable". Mintió.

Octave Lapize, en 1910, fue el primero en conquistar la cima del Tourmalet, y días más tarde se enfundó el maillot amarillo como ganador del Tour. Este corredor-leyenda fue uno de los campeones del Tour que se dejaron la vida en la I Guerra Mundial.

La última vez que se subió el Tourmalet fue en 2014 y lo superó en cabeza el francés Blel Kadri.

Los ciclistas españoles han coronado el Tourmalet en 17 ocasiones. El primero de ellos, Vicente Trueba, en 1933; el último David de la Fuente en 2006. Dos cántabros abren y cierran el historial.

Otros nombres ilustres del ciclismo nacional tienen su nombre en el historial del Tourmalet: Julián Berrendero, Miguel Poblet, Federico Martín Bahamonte, con 4 pasos en cabeza líder de los españoles, Julio Jiménez, Paco Galdos, Lale Cubino..... El libro de oro del Tour se acuerda de una cima que además otorga el premio Jacques Goddet.

"La primera vez que subí recuerdo que iba escapado y todos los rivales iban desperdigados por el puerto. Eran tiempos muy difíciles, las bicicletas pesaban el doble que ahora y no teníamos apenas desarrollos", recuerda Bahamontes, que coronó en cabeza el Tourmalet en 1954, 62, 63 y 64.

Para otros ciclistas legendarios de la época, como Julio Jiménez, el Tourmalet "es el puerto más famoso, pero no el más duro. Costaba mucho más trabajo subir el Galibier o el Izoard", recuerda.

Los ciclistas españoles más contemporáneos recuerdan el Tourmalet como el lugar donde Miguel Induráin cimentó su primer Tour en 1991, o por la escapada de Laudelino Cubino en 1988, el Tour de Pedro Delgado, la culminación del puerto de Peio Ruiz Cabestany en 1985. El Tourmalet, se dice, es el puerto más español de Francia.

Este sábado, vuelve el Tourmalet, que no es un puerto cualquiera.

"No se puede concebir un Tour sin Pirineos. Y el Toumalet es el gran apellido de estas montañas junto al Aubisque", recuerda Jean François Pescheux, responsable técnico y del recorrido del Tour de Francia durante 10 años.

En la cima del Tourmalet hay un monolito homenaje a Jacques Goddet, director del Tour de Francia de 1936 a 1987, y una gran estatua de Octave Lapize como pionero de su ascensión en el Tour. La leyenda espera al conquistador del Tourmalet 2016.

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