Lionel Messi no veía la hora de que el partido contra Colombia de este miércoles, 0-0, terminara cuando le quedaban varios minutos por delante.
Se le vio mal, con un gesto desencajado y por momentos ausente, desentendido de lo que ocurría a su alrededor. En la última oportunidad que tuvo, un lanzamiento directo de falta, su remate, extrañamente defectuoso, salió del campo lejos de la portería rival.
Se cubrió la cara con un brazo, caminó hacia el centro del campo sin mirar el destino del balón después del saque del guardameta colombiano Martínez. Raro en él. Estaba completando su peor partido con la selección argentina.
Messi no pudo hilvanar un regate, le faltó velocidad y reacción y en hora y media apenas dio un pase gol, a Lavezzi, que tapo Martínez. El orden defensivo colombiano lo fagocitó y poco apoyo tuvo de sus compañeros de equipo, porque siguen sin ponerse a su altura.
Durante el encuentro contra Bolivia, el primero de la Copa América, se le vio fastidioso, de mal humor, pese a lo que fue el mejor jugador del campo. Esta vez, en Santa Fe, estaba liquidado. Está a disgusto, está confundido.
La albiceleste se retiró del campo sonoramente reprobada por los hinchas, que por momentos insultaron a sus jugadores y por otros hasta pidieron a Diego Maradona. Sólo el guardameta Sergio Romero dio la talla.
A Argentina se le ha complicado la clasificación para los cuartos de final de la Copa América, a pesar de integrar el grupo en teoría más sencillo. Pero sigue con vida y le bastará con una victoria en la última jornada frente a Costa Rica.
Se cubrió la cara con un brazo, caminó hacia el centro del campo sin mirar el destino del balón después del saque del guardameta colombiano Martínez. Raro en él. Estaba completando su peor partido con la selección argentina.
Messi no pudo hilvanar un regate, le faltó velocidad y reacción y en hora y media apenas dio un pase gol, a Lavezzi, que tapo Martínez. El orden defensivo colombiano lo fagocitó y poco apoyo tuvo de sus compañeros de equipo, porque siguen sin ponerse a su altura.
Durante el encuentro contra Bolivia, el primero de la Copa América, se le vio fastidioso, de mal humor, pese a lo que fue el mejor jugador del campo. Esta vez, en Santa Fe, estaba liquidado. Está a disgusto, está confundido.
La albiceleste se retiró del campo sonoramente reprobada por los hinchas, que por momentos insultaron a sus jugadores y por otros hasta pidieron a Diego Maradona. Sólo el guardameta Sergio Romero dio la talla.
A Argentina se le ha complicado la clasificación para los cuartos de final de la Copa América, a pesar de integrar el grupo en teoría más sencillo. Pero sigue con vida y le bastará con una victoria en la última jornada frente a Costa Rica.
