El integrante del Sky cumplió el trámite en la última etapa y se convierte en el primer británico en ganar el Tour de Francia

Wiggins se corona en París

El ganador de la general en el Tour 2012, Bradley Wiggins, en el podio de París. (Foto: NICOLAS BOUVY)
Bradley Wiggins (Sky) ya está inscrito en el libro de oro del Tour de Francia al convertirse en el primer ciclista británico que gana la carrera, una vez disputada la vigésima y última etapa, un trámite de 120 kilómetros entre Rambouillet y París que culminó con la victoria al esprint de su compatriota Mark Cavendish, que redondeó la fiesta del Sky. Cavendish entró señalando con los dedos las cuatro victorias en París sobre las 23 que tiene en el Tour. Un esprint lejano, de nuevo impresionante del ciclista de Man, el primero que gana en esta ciudad con el maillot arco iris de campeón mundial.
Ganó el último pulso al eslovaco Peter Sagan (Liquigas) y al australiano Matthew Goss (Orica). Un regalo de Wiggins, que le preparó el esprint y un regalo para Wiggins, que cruzó la línea abrazando la gloria de ganar la carrera más importante del mundo. A cinco días del comienzo de los Juegos, Bradley Marc Wiggins, nacido hace 32 años en Gante (Bélgica), ha adelantado la primera medalla de oro para Gran Bretaña en la centenaria prueba francesa.


HACIENDO HISTORIA

Nunca un británico había subido a ningún escalón del podio en el Tour. Su fuerza contrarreloj, un equipo inabordable y la ayuda determinante de su compatriota Chris Froome, han sido las bases de un éxito sin precedentes. Wiggins, un 'personaje muy complejo', según Shane Sutton, preparador físico del Sky, no ha hecho sino ratificar su condición de favorito en un Tour diseñado a su medida. El doble campeón olímpico y triple mundial en pista arrasó en las citas claves de Besançon u Chartres y aguantó en la montaña con los mejores. Todo muy previsible en un año impecable del hijo de Gary, un australiano que corría en pista y que murió en 2008 en extrañas circunstancias. 'Gracias a mi padre soy ciclista', recuerda. Llegó al Tour después de haber ganado esta temporada la París-Niza, el Tour de Romandía y el Dauphiné, algo inédito en la historia del ciclismo.

Wiggins estuvo escoltado en el cajón por Chris Froome y por Vincenzo Nibali. El primero de ellos el hombre fiel y obediente que tiró del freno en la montaña para no abandonar a su líder. Segundo en la Vuelta 2011 fue para muchos el más fuerte del Tour, pero se portó como un buen empleado de Sky.

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