Bélgica, Francia y Luxemburgo dividen Dexia para salvarlo

Los gobiernos de Bélgica, Francia y Luxemburgo acordaron ayer la partición en tres del banco francobelga Dexia para salvarlo de la quiebra, así como la creación de un 'banco malo' para aislar los activos tóxicos que originaron las dudas sobre su situación. Bélgica ofreció la nacionalización por 4.000 millones de euros de Dexia Banca Bélgica, la filial belga de la entidad, y una garantía de 54.000 millones de euros para la entidad residual que concentrará los activos problemáticos.
El Consejo de Administración de Dexia ya se mostró conforme con la oferta. El 'banco malo' tendrá activos por unos 90.000 millones de euros, que serán garantizados por los estados belga (60,5 %), francés (36,5 %) y luxemburgués (3 %). A Bélgica le corresponderá garantizar unos 54.000 millones de euros, en torno al 15 % de su Producto Interior Bruto (PIB), a Francia 32.850 millones y a Luxemburgo 3.150 millones.

La intención del gobierno belga es permanecer en el accionariado de la entidad sólo el tiempo necesario para estabilizar la situación. Y esta podría no ser la única operación de rescate en Bélgica. Así, el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, reconoció que el Estado 'no excluye' que tenga que rescatar a otras entidades.

En Francia, el ministro François Baroin, subrayó el carácter 'particular' del rescate de la entidad franco belga, y descartó la posibilidad de que haya otros bancos franceses en situación de necesitar ayudas para su recapitalización.

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