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Cataluña desata riesgos para la economía

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photo_camera Luis de Guindos, ministro de Economía, en Washington.

Si la tensión independentista no se aclara pronto, el riesgo de recesión aumentará justo cuando la economía española es la que más crece en la eurozona. Está en juego el 20% del PIB español en muchos sentidos. 

Las repercusiones económicas del proceso independentista en Cataluña no solo son ya importantes (caída del turismo y del sector inmobiliario, traslado de las sedes de bancos y empresas, amenaza de recesión…), sino que amenazan con ir a más y extenderse al conjunto de España y puede que incluso a la eurozona, de ahí las advertencias que llegan desde Alemania y Bruselas.

En Cataluña hay riesgo de recesión según la agencia S&P y se resentirá casi con toda seguridad la recaudación de la Generalitat, con la correspondiente repercusión en sus inversiones. Para el conjunto de España también hay advertencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) ante una posible ralentización de la economía, si el llamado procès “se prolonga o se estanca sin solución a la vista”. El tiempo sería, pues, un factor clave a la hora de determinar el tamaño de la onda expansiva del riesgo de recesión económica, justo cuando la economía española es la que más crece en la eurozona.

De momento, el Gobierno español avanza que revisará a la baja las previsiones de crecimiento para el año 2018, lo cual afectará a la inversión, el empleo y el bienestar social. Según el ministro de Economía, Luis de Guindos, la previsión del Gobierno de crecimiento en 2018, fijada en el 2,6%, se verá recortada en el proyecto de presupuestos que Madrid debe enviar a Bruselas y, a mayores, se revisará la previsión del déficit público, estimado en el 2,2%, aunque espera que el nuevo cálculo quede por debajo del nivel del 3% que marca la Unión Europea como tope.

El problema va, pues, mucho más allá del traslado de sedes sociales de bancos como Sabadell o Caixabank y de empresas como Aguas de Barcelona, Gas Natural o el grupo Planeta. Seguramente la vuelta de las empresas y de los bancos será posible si todo se normaliza, pero habrá consecuencias presupuestarias en cualquier escenario, tanto por los riesgos de una menor recaudación a corto plazo como por el impacto que este proceso tendrá en el futuro de la financiación autonómica a medio plazo, lo cual podría afectar especialmente a Galicia.

Luis de Guindos ve posible revertir la situación a la vista de las reacciones de la comunidad internacional y de los bancos y las grandes empresas, que debilitan los planteamientos independentistas. Mientras, se suceden los llamamientos al diálogo, que el Gobierno de Mariano Rajoy supedita a la vuelta de la Generalitat a la legalidad constitucional. “La cuestión no es independencia sí o no, no va a haber independencia; la cuestión es una rebelión al Estado de derecho”, resume el ministro español de Economía.

La posición pragmática de Luis de Guindos se basa en los pronunciamientos del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, la máxima representación institucional de la UE, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, explícito al proclamar que la UE se opone a una hipotética independencia de Cataluña, entre otras razones, por el efecto dominó que tendría en otros países. Son posiciones similares a la del presidente de Francia, Emmanuel Macron, o del ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel. Incluso el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, volvió a fijar la posición de Washington: “Estados Unidos quiere una España fuerte y unida”. La verdad es que fuera de Cataluña no hay apoyos al independentismo.

@J_L_Gomez

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