La economía japonesa sufre una recesión sin precedentes, cayendo un 15,2%

La economía nipona se contrajo un 15,2 por ciento entre enero y marzo en tasa interanual, marcando el cuarto trimestre consecutivo de crecimiento negativo y el peor dato desde el final de la II Guerra Mundial en la segunda economía del mundo, anunció el Gobierno.
Con esta nueva caída récord, Japón agudiza su recesión y cierra el año fiscal 2008, que finalizó en marzo, con una merma del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,5 por ciento, la mayor contracción desde 1955, lo que confirma que el país se encuentra en la peor crisis desde el inicio de la posguerra.

El Gobierno nipón divulgó los datos de crecimiento del primer trimestre de 2009, que respecto al período anterior sufrió un retroceso del 4 por ciento, muy por encima de los registrados en Estados Unidos (1,6 por ciento) y la zona Euro (2,5 por ciento).

El Gobierno, que cree que los descensos en la economía nipona ya han tocado fondo, responsabilizó de los datos del PIB a la continua caída de las exportaciones, aunque señaló que en los primeros meses del año los japoneses redujeron su tendencia consumista, lo que afectó seriamente a la marcha de la economía.

Japón está sufriendo especialmente la crisis económica tras la caída del 14,4 por ciento registrada en el período octubre-diciembre de 2008, en la que se confirmó la recesión que adelantaban los cada vez peores datos de ventas de automóviles y electrónica en el exterior.

Esta vez, además, el descenso de la demanda interna recortó un 2,6 por ciento el último dato del PIB respecto al trimestre octubre-diciembre, especialmente debido a un menor gasto de los hogares (-1,1 por ciento) y la caída de las inversiones de capital de las empresas (-10,4 por ciento), algo que no ocurría desde 1974.

Por otro lado, la menguante demanda exterior, especialmente de las economías estadounidense y europeas, también enfrascadas en la recesión, fueron responsables de la caída del restante 1,4 por ciento del PIB del primer trimestre de 2009.

Asimismo, con unas exportaciones que en el último trimestre se contrajeron a un ritmo sin precedentes del 26 por ciento, muchas compañías japonesas, entre ellas los gigantes Toyota, Hitachi o Sony, se han visto obligadas a recortar la producción y el número de empleados, además de posponer sus planes de crecimiento.

No obstante, el dato del 15,2 por ciento conocido hoy es menor al 16,2 que preveían los analistas japoneses consultados por la agencia Kyodo, lo que mantiene el optimismo de los inversores que, confiados en la recuperación, han revitalizado el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio, después de que alcanzara en marzo su menor nivel del último cuarto de siglo.

El ministro de Finanzas y Economía, Kaoru Yosano, no quiso ser optimista y alertó de los riesgos de que la economía nipona siga adentrándose en el túnel de la recesión debido el aumento del paro, el peor temor del japonés, aunque apuntó a que algunos indicadores se están recuperando, como las exportaciones o la producción.

El primer ministro, Taro Aso, también salió hoy a la palestra para recordar la ‘grave’ situación de la economía, que sufre la contracción más larga de su historia, ya que nunca había encadenado cuatro trimestres de recortes del PIB.

Aso dijo hoy que están siendo testigos ‘del deterioro en el sector empresarial y su extensión gradual a la economía de los hogares’, lo que aumenta los temores de que las presiones en la segunda economía del mundo aumenten mientras se implementan las medidas de estímulo del Gobierno.

Japón confía en levantar el vuelo en verano y en cerrar el año fiscal 2009 con una caída del PIB del 3,3 por ciento, dos décimas por debajo del dato del anterior ejercicio, conocido hoy.

Para ello la economía necesitaría cerrar los próximos trimestres con alzas cercanas al uno por ciento interanual.

Los multimillonarios planes de estímulo y de emergencia del Gobierno sirvieron para que la confianza de los consumidores se recuperara el mes pasado hasta su nivel más alto en casi un año, lo que adelanta una recuperación del vital apetito comprador de los nipones.

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