“Hay muchas empresas que se preguntan qué hacemos las Cámaras”

Eduardo Núñez Torrón, presidente de la Cámara de Comercio de Lugo

El empresario lucense Eduardo Núñez Torrón (Lugo, 1938) asumió a principios de año la presidencia de la Cámara de Comercio de Lugo, justo después de la aprobación por parte del Gobierno del decreto que elimina las cuotas camerales a las empresas. Núñez asegura que “la sociedad española necesita de las Cámaras de Comercio”.

Asume el cargo en un momento decisivo para las Cámaras de Comercio, ¿cómo lo afronta?
Ser presidente de una Cámara en este momento supone un problema bastante gordo, es una papeleta no muy recomendable para nadie. Llevo mucho tiempo en la de Lugo, a través de distintas directivas, los empleados ya me conocen y asumo la presidencia como una obligación personal ya que no puedo abandonarlos en estos momentos.
¿Tan malas son las perspectivas?
No sé si son buenas o malas, pero sí diferentes. Las Cámaras son unas instituciones que tenían resuelta su financiación. Había unas cuotas obligatorias que tenían que pagar los empresarios y las empresas locales y nosotros sabíamos qué presupuesto teníamos para cumplir con nuestras obligaciones y objetivos. No ha cambiado nada, todo sigue igual, salvo el hecho de que las cuotas ya no son obligatorias. Eso quiere decir que sólo pagarán las empresas que lo deseen. Ahora nos planteamos la duda de cuánto presupuesto tenemos que reducir porque habrá muchas compañías que no quieran abonar su cuota. El problema es que no sabemos cuántas ni cuáles son y no lo sabemos ni nosotros ni nadie. ¿Cómo va a ser nuestro futuro? Pues estamos en lo mismo, quién lo puede adivinar si no sabemos con qué dinero podremos contar.
Da por hecho que muchas empresas no están dispuestas a pagar sus cuotas.
Entre las empresas, en principio, no había una conciencia del trabajo que estábamos haciendo las Cámaras. Y éstas, a lo largo del tiempo, tampoco se preocuparon de aclarar e informar continuamente de qué trabajo estaban desempeñando ni de los proyectos que estaban ejecutando. Hay muchísimas empresas que no tienen ni idea de que las Cámaras de Comercio están trabajando mucho y en la internacionalización. Reconozco que hay muchas que se preguntan qué hacemos. Quizá deberíamos de haber tenido la obligación de recordarles continuamente cuáles eran nuestros objetivos y nuestra misión.
¿Está haciendo un ejercicio de autocrítica?
Crítica relativa. Lo que no podemos es anticiparnos a situaciones que no se esperan. Las cosas funcionaban de un modo determinado y eso cambió. Me gustaría aclarar que no digo que a las empresas no les interese la Cámara, es que no conocen nuestro trabajo. Por ejemplo, los empresarios de Lugo seguramente no sepan que la Sociedad de Garantía Recíproca Afigal, hoy en día con un riesgo vivo de cerca de 300 millones de euros, salió de la Cámara de Lugo, ni que de ella se benefician más de 10.000 empresarios. Lo mismo que la asociación Impulsa Lugo, que está intentando que no haya un trato discriminatorio hacia las empresas de Lugo frente a las del Eje Atlántico. Otro ejemplo es la recogida de pesca de la flota de barcos lucenses se descargaba hace años en Coruña. Si hoy en día se descarga en la provincia es porque en su día la Cámara apostó por ello, trabajando a favor de la adaptación de los puertos.
¿Cuál es su propuesta?
Los tiempos cambian y todo requiere un proceso de adaptación. Necesitaríamos un plazo de 3 ó 4 años para enseñar a la sociedad nuestra misión. El problema aquí es que la Administración encarga a las Cámaras diferentes misiones, pero no les dice cómo financiarlas. Es decir, como corporaciones de derecho público que somos, el Gobierno tiene que proporcionarnos la fórmula para financiarnos. Me da igual si son cuotas obligatorias, como hasta ahora, o pagos por servicios prestados, pero si la Administración quiere que hagamos trabajos que debería hacer ella, también debería facilitarnos un modelo de financiación. Si por otro lado vamos a prestar unos servicios directamente a las empresas, esos servicios que hasta ahora pagaban a través de las cuotas, es posible que ahora se paguen directamente. Cuánto y de qué forma, eso lo veremos con el tiempo.
Se han reunido con la Xunta y está en estudio la posibilidad de recurrir el decreto.
Efectivamente. Técnicos y juristas han dicho que es inconstitucional y eso es lo que está estudiando la Xunta. Si es inconstitucional, habrá que anularlo. En este sentido, nosotros estamos siguiendo las directrices que nos marca el Consejo Superior de Cámaras. No es solamente la Xunta quien está con el tema, la Generalitat ya presentó el recurso.
¿Cómo ve el papel de las Cámaras en el futuro?
Igual que ahora. Las Cámaras tienen un papel muy importante, que es la defensa del interés general. No es un papel que se perciba bien dentro de la sociedad porque no es el estar luchando por causas concretas, como las asociaciones sectoriales. No es tarde para las Cámaras, lo que pasa es que costará más trabajo. Tengo la completa seguridad de que irán adelante, que saldrán de esta situación, pero no es fácil adaptarse y estoy seguro de que llegarán épocas muy duras. Nosotros seguimos trabajando igual, con los mismos proyectos. Es cierto que algunos se han paralizado, a la espera de solucionar este problema. Es el caso del proyecto de enoturismo en O Saviñao, que ya está aprobado, y para el que la Cámara aporta el 30 por ciento del presupuesto.

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