El ministro de Economía, Luis de Guindos, reconocido ayer que España 'ha hecho una pesada pero inevitable digestión' de la crisis financiera, pero aseguró que el país 'ya está ante la recuperación', y mostrado su confianza en que los resultados del cuarto trimestre de este año sean 'mejores o al menos iguales' que los del tercero, cuando se salió de la recesión técnica.
Durante su defensa ante el Pleno del Congreso de la convalidación del decreto ley de Medidas urgentes para la adaptación del derecho español a la normativa de la UE en materia de supervisión y solvencia de las entidades financieras, el ministro resumió los principales aspectos de esta normativa, que traspone parte de una directiva comunitaria. Destacó que la nueva legislación establece 'un marco sólido' para el sistema bancario, al que se le exigen mayores medidas de transparencia y gobierno corporativo.
La norma pivota sobre tres ejes: refuerza el papel de los supervisores, introduce novedades en gobierno corporativo y adapta la legislación a la normativa internacional.
De Guindos destacó que el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores tendrán ahora mayores capacidades. Así, por ejemplo, el supervisor bancario podrá revisar las remuneraciones, realizar pruebas de resistencia al menos una vez al año e incluso obligar a imponer requisitos mínimos de capital, o limitar el pago de intereses o dividendos.
En cuanto a los sueldos, limita las retribuciones variables en las entidades financieras a un máximo del 100 % del salario fijo, salvo autorización expresa de las juntas de accionistas con la que podría llegar al 200%. Estos topes afectan tanto a altos directivos como a empleados que asuman riesgos.
La norma pivota sobre tres ejes: refuerza el papel de los supervisores, introduce novedades en gobierno corporativo y adapta la legislación a la normativa internacional.
De Guindos destacó que el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores tendrán ahora mayores capacidades. Así, por ejemplo, el supervisor bancario podrá revisar las remuneraciones, realizar pruebas de resistencia al menos una vez al año e incluso obligar a imponer requisitos mínimos de capital, o limitar el pago de intereses o dividendos.
En cuanto a los sueldos, limita las retribuciones variables en las entidades financieras a un máximo del 100 % del salario fijo, salvo autorización expresa de las juntas de accionistas con la que podría llegar al 200%. Estos topes afectan tanto a altos directivos como a empleados que asuman riesgos.
