El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, afirmó ayer que su departamento trabaja para llevar el próximo viernes al Consejo de Ministros una propuesta para establecer el precio de la electricidad durante el próximo año que recoja 'las señales reales del mercado'. En cuanto a qué ocurrirá con el precio de la electricidad a partir del 1 de enero, el titular de Energía afirmó no querer hacer 'conjeturas' y se limitó a señalar que lo que el Gobierno quiere evitar es que la luz suba como ocurrió el pasado jueves 'en una subasta atípica'.
Mientras el ministro insistía en que el resultado de la puja muestra 'indicio de manipulación', Unesa, la patronal de las grandes eléctricas (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, EDP y E.on) denunció el 'gravísimo daño' que les causan estas acusaciones y reclamó que se difunda cuanto antes el informe de la CNMC por el que se anuló la puja. No obstante, Soria rebajó el tono del enfrentamiento y precisó que desde el Gobierno 'no hemos dicho ni de quién ni por parte de quién' se produjo esa supuesta manipulación.
En una conferencia de prensa, el presidente de Unesa, Eduardo Montes, se quejó de la 'demonización de las eléctricas'. 'Transparencia, transparencia, transparencia. Que nos expliquen lo que ha pasado. No hay derecho a las acusaciones. Hay que poner encima el informe', pidió Montes, al tiempo que se ha mostrado tranquilo ante la investigación e insistía en recordar que las empresas de Unesa representan apenas un 10 % de los participantes en las subastas.
EL INCREMENTO
La semana pasada se celebró la vigesimoquinta subasta para determinar el precio de la energía para el suministro de ultimo recurso, que se saldó con un aumento del 25,6 %. Dado que el recibo eléctrico incluye, además del coste de la energía, los impuestos y las redes y otros conceptos como las primas a las renovables, el incremento de la subasta se habría traducido en una subida del recibo para los hogares de alrededor del 11%. En cuanto a los motivos que influyeron en el precio, Montes señaló que, si se excluyen los nuevos impuestos a la generación y el céntimo verde que se aplicará en breve, los precios habrían quedado en unos 57 euros por megavatios-hora (MWh), un nivel similar al de países como Reino Unido o Francia. También señaló como elementos que podrían haber influido en el alza de precios el aumento de la demanda por el frío, la baja producción eólica por la ausencia de viento, el incremento del precio del gas y la prima de riesgo que exige el mercado sobre operaciones a futuro.
Una vez anulada la subasta, queda en el aire cuál va a ser el precio que paguen los consumidores con tarifa regulada desde el 1 de enero próximo, algo sobre lo que el ministro no dio muchas pistas, salvo que no va a ser ese 11% que arrojaba la subasta. Todavía están por definir además los anunciados cambios en el sistema de fijación de precios, algo que, al igual que la tarifa que se pagará desde enero, previsiblemente analizará el Consejo de Ministros del viernes.
En una conferencia de prensa, el presidente de Unesa, Eduardo Montes, se quejó de la 'demonización de las eléctricas'. 'Transparencia, transparencia, transparencia. Que nos expliquen lo que ha pasado. No hay derecho a las acusaciones. Hay que poner encima el informe', pidió Montes, al tiempo que se ha mostrado tranquilo ante la investigación e insistía en recordar que las empresas de Unesa representan apenas un 10 % de los participantes en las subastas.
EL INCREMENTO
La semana pasada se celebró la vigesimoquinta subasta para determinar el precio de la energía para el suministro de ultimo recurso, que se saldó con un aumento del 25,6 %. Dado que el recibo eléctrico incluye, además del coste de la energía, los impuestos y las redes y otros conceptos como las primas a las renovables, el incremento de la subasta se habría traducido en una subida del recibo para los hogares de alrededor del 11%. En cuanto a los motivos que influyeron en el precio, Montes señaló que, si se excluyen los nuevos impuestos a la generación y el céntimo verde que se aplicará en breve, los precios habrían quedado en unos 57 euros por megavatios-hora (MWh), un nivel similar al de países como Reino Unido o Francia. También señaló como elementos que podrían haber influido en el alza de precios el aumento de la demanda por el frío, la baja producción eólica por la ausencia de viento, el incremento del precio del gas y la prima de riesgo que exige el mercado sobre operaciones a futuro.
Una vez anulada la subasta, queda en el aire cuál va a ser el precio que paguen los consumidores con tarifa regulada desde el 1 de enero próximo, algo sobre lo que el ministro no dio muchas pistas, salvo que no va a ser ese 11% que arrojaba la subasta. Todavía están por definir además los anunciados cambios en el sistema de fijación de precios, algo que, al igual que la tarifa que se pagará desde enero, previsiblemente analizará el Consejo de Ministros del viernes.
