150 temporales ya no acudieron ayer a la planta de Redondela, que cerrará en breve

Johnson Controls fija 50 días por año trabajado de indemnización

Johson Controls compró la fábrica de Redondela a Michael Thierry el año pasado con una deuda millonaria. Foto: Archivo
“No hay marcha atrás con el cierre. El trabajo está perdido”. Así se manifestaba ayer la presidenta del comité de empresa de la planta que Johnson Controls tiene en Redondela. Montse Pérez lamentaba no haber podido “evitar la desaparición de la compañía”, pero se mostraba más optimista con respecto a las condiciones económicas que el comité logró para los 104 trabajadores fijos -los 156 restantes son temporales contratados por medio de ETTs-.
El acuerdo del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo incluye una indemnización de 50 días por año trabajado -con un máximo de 42 mensualidades- aunque, pensando en las personas con menor antigüedad, se garantiza un mínimo de 2.500 euros. “Todo un logro si pensamos que la empresa inicialmente nos proponía el mínimo, 20 días”, explica Pérez.

Además, la empresa ofrece a los empleados la posibilidad de recolocarlos en otras fábricas que la multinacional tiene en España -todas fuera de Galicia-. Los trabajadores tienen un plazo de 10 días para anotarse en una lista, lo que no les garantiza un empleo seguro porque la empresa dice que tienen que cumplir con el perfil que buscan.

El acuerdo alcanzado entre los sindicatos y la dirección de la compañía se logró el martes a última hora de la tarde, si bien no fue ratificado por los trabajadores hasta ayer.

El desmantelamiento de la planta redondelana ya ha comenzado, pues ayer mismo la gran mayoría de los temporales (unos 150) ya no acudieron a sus puestos y se eliminó el turno de noche. El resto seguirá acudiendo a diario hasta que se produzca el cierre definitivo. Además, ya se empezó con la retirada del material fabricado -fundas de asientos y reposacabezas para coches- y ya se está produciendo en Rumanía, país al que se trasladará la actividad.

Johnson Controls anunció la semana pasada el cierre de esta planta y el comité de empresa lamenta que en estos días “no vimos interés ninguno ni por parte del Concello ni de la Xunta por la situación de 260 trabajadores que se quedan en la calle”, explica su presidenta, Montse Pérez. A quien sí agradecen su colaboración es a los vecinos de las instalaciones en Redondela, que el pasado fin de semana -mientras los empleados hacían guardia las 24 horas del día para evitar la salida de material en camiones- les llevaron café, agua, fruta y mantas para pasar la noche.

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