Existen muchas enfermedades que pueden afectar a nuestras plantas ornamentales y a nuestros cultivos y no siempre es sencillo de identificarlas. Si no conocemos demasiado en el mundo de la fitopatología, lo mejor es consultar a un experto, pero para ello, al igual que una visita al médico, se necesita saber describir bien los síntomas, ya que, existen síntomas que, si están vagamente descritos, pueden ser varias posibilidades diferentes. Lo más apropiado sería poder ver al “paciente”, pero es una opción más complicada, así que tratemos de describir bien los síntomas.
Si nuestras plantas tienen unas manchas blancas, existen muchas afecciones que se asocian a este síntoma, así que hay que tratar de describir bien dichas manchas: forma, localización, tamaño e incluso tacto, ya que, si dispone de vellosidades o no, también es un dato importante.
Una vez identificadas las manchas, es necesario identificar el estado de la planta, si se le ve alicaída, si se le caen las hojas, si estas se ponen amarillas, si la planta se seca… La descripción de la sintomatología deberá ser lo más precisa posible para poder identificar la enfermedad y actuar cuanto antes.
Hablemos de que casos pueden ser causantes de manchas blancas. Recordar que cuando hablamos de que nuestras plantas tienen una plaga, se hace referencia a un grupo de artrópodos (ácaros, insectos, crustáceos, etc.), nematodos u otro tipo de animales que están causando daños a nuestros cultivos. Sin embargo, cuando utilizamos el término enfermedad, hacemos referencia a que son los hongos, bacterias o virus los que están afectando a nuestras plantas.
Sin duda, el oídio es la principal enfermedad fúngica causante de manchas blancas en las hojas y frutos de nuestras plantas. Puede afectar a gran variedad de cultivos. Cabe destacar que es uno de los hongos más dañinos en la vid, también es muy frecuente en cucurbitáceas y se puede encontrar también en el tomate, la patata, la acelga, la espinaca, la judía y en muchas plantas ornamentales (especialmente en los rosales).
Aparece en forma de manchas blancas y se va transformando en un polvillo blanco-grisáceo. Gracias a ese polvo blanco, es uno de los hongos más fáciles de detectar, una prueba para saber si es oídio, es pasar el dedo sobre la mancha para ver si nos deja el dedo blanquecino. Normalmente se desarrolla en el haz de las hojas, aunque también puede extenderse por el tallo o los frutos. Su presencia dificulta la fotosíntesis. Si no lo controlamos bien, las hojas amarillean y se pueden secar.
La Botrytis es otra enfermedad causada por hongos. Afecta a la mayoría de cultivos hortícolas y frutales, también a las flores. A esta enfermedad le favorece un clima cálido y húmedo, por ello es una de las enfermedades más importante en invernadero. El síntoma más característico es la podredumbre de brotes y frutos (conocida como podredumbre gris). También puede afectar a algunas hojas, pero suele ser más raro. Si vemos que no afecta a las hojas con tanta gravedad como a los frutos es Botrytis, sin embargo, si afecta principalmente a las hojas, es oídio. El ácaro rojo provoca manchas muy pequeñas en las hojas. Estos arácnidos suelen ser generalistas y afectan principalmente a la vid, cultivos hortícolas u ornamentales. Se localizan en el envés de las hojas y se identifican por presentar unas manchas oscuras en los laterales y gran cantidad de sedas. Si nos encontramos en las hojas manchas que recuerdan a surcos, sin duda se trata de un minador. La mejor solución será detectar donde tienen las galerías y arrancar esas hojas para evitar su propagación.
