Los verdaderos problemas de las pensiones en España están en el desempleo, la precariedad salarial y, en última instancia, las rebajas de las cotizaciones a la Seguridad Social. ¿Será necesario un nuevo impuesto?
En el cuento Que viene el lobo, tras dos falsas alarmas del pastorcillo, termina viniendo un lobo de verdad. En el áspero relato del estado de las pensiones en España son bastantes más que dos las alarmas que advierten de un colapso del sistema por falta de ingresos de la Seguridad Social.
Ahora ya sabemos que, al ritmo actual, la hucha de las pensiones de los españoles se acabará a finales del año que viene. Y eso es así porque la Seguridad Social acaba de echar mano de otros 8.700 millones del Fondo de Reserva, la mayor cantidad de dinero utilizada hasta ahora por el Gobierno para pagar las pensiones. Mariano Rajoy dejó este mes la hucha con 25.176 millones de euros. Cuando llegó al Gobierno tenía 66.815 millones de euros.
Desde el año 2012, las cotizaciones no llegan para afrontar los pagos a los jubilados. Tanto, que el desfase entre los ingresos por cotizaciones de la Seguridad Social y el gasto en pensiones ha provocado que en este tiempo se hayan sacado 54.151 millones de euros de Fondo de Reserva y, hasta diciembre, 8.130 millones del excedente de las mutuas.
Los avisos en este caso no constituyen una broma de ningún pastorcillo, sino la constatación de hechos consumados, a los que si no se les pone coto derivarán en algo peor que un lobo feroz. No es la primera vez que nos ocupamos de este importante asunto en Cuenta de resultados.
La solución pasa por incrementar los ingresos de las cotizaciones o por cubrir su déficit con un impuesto, ya que se supone que al menos en materia de pensiones no habrá recortes. Pero si por algo no pasa es por no hacer nada, a la espera de que el Gobierno de Mariano Rajoy consuma lo poco que ya queda en la hucha.
¿Quiere eso decir que el Fondo de Reserva es la garantía del futuro del sistema de pensiones? No, ya que su cuantía actual apenas cubriría los gastos de dos meses. La garantía, obviamente, son las cuotas que se pagan todos los meses, de modo que al cabo del año hacen falta unos 125.000 millones de euros. Para lo que sirve la hucha de las pensiones es para cubrir agujeros de manera excepcional, pero si los agujeros se convierten en norma no habrá forma de cubrirlos.
Los verdaderos problemas de las pensiones en España están en el paro, la precariedad salarial y, en última instancia, las rebajas de las cotizaciones a la Seguridad Social. Eso es así porque el sistema de pensiones responde a un modelo de reparto y no de capitalización; es decir, las pensiones que se cobran cada mes se financian con las cotizaciones que se ingresan en la Seguridad Social también cada mes.
El desempleo daña el equilibrio de las pensiones porque afecta a la relación entre cotizantes y jubilados. A su vez, la precariedad resultante de la devaluación salarial lastra las bases de cotización y rebaja las cotizaciones de los españoles, que son de diverso tipo. El problema está, pues, en la caja única de la Seguridad Social, cuyos recursos pueden llegar a ser insuficientes.
El nuevo Gobierno salido de las urnas el 26-J deberá afrontar este grave problema mediante medidas –algunas urgentes- que pongan fin a la caída de ingresos de la Seguridad Social. Se supone que al menos en este frente habrá consenso, ya que las pensiones son una política de Estado, a la que tampoco son ajenos los sindicatos y las organizaciones empresariales.
@J_L_Gomez
