El pesimismo se extiende entre los empresarios nipones por la crisis crediticia


El pesimismo se ha contagiado entre los empresarios nipones tras ver cómo en los últimos tres meses la crisis crediticia internacional dañaba seriamente el crecimiento nipón, según el Banco de Japón (BOJ).
El último informe 'Tankan', publicado hoy por la autoridad monetaria, constata un empeoramiento significativo de la confianza empresarial japonesa desde octubre y vaticina malos tiempos para la economía nipona al comienzo de 2008.

El Índice de Confianza Empresarial de las grandes empresas manufactureras, tradicionalmente el punto fuerte de Japón, cayó en el último trimestre del año cuatro puntos con respecto al trimestre anterior, de los 23 a los 19 puntos.

Este resultado, que es la diferencia entre el porcentaje de compañías que aseguran que las condiciones empresariales son favorables y las que consideran que son negativas, es aún peor que las estimaciones del mercado, de por sí pesimistas.

Además, este indicador cae hasta los 15 puntos de cara a los primeros tres meses del año que viene, ensombreciendo las perspectivas para el próximo ejercicio.

Las grandes corporaciones japonesas, como el fabricante de vehículos Toyota y el gigante de la electrónica de consumo Sony, luchan ahora contra una coyuntura económica mundial adversa, algo que apenas se podía intuir a comienzos de 2007.

La crisis crediticia originada en EEUU y convertida ya en un problema internacional está dejándose notar en Japón, aunque por el momento no se conozca con detalle como está afectando a la segunda economía del mundo.

Lo que ya es patente es que los mayores manufactureros nipones, que dependen en gran medida de sus ingresos al otro lado del Pacífico, están teniendo dificultades para cumplir sus previsiones de crecimiento.

La fuerte depreciación que ha experimentado el dólar estadounidense a lo largo de 2007, y que alcanza ya el 7,5 por ciento en términos de yenes, no ha favorecido a estas compañías, que ven recortada su competitividad en el extranjero y mermados sus beneficios al traducirlos a la divisa nipona.

Las pequeñas y medianas empresas manufactureras japonesas (pymes) por el contrario, repuntaron levemente en este estudio del BOJ con respecto al trimestre anterior, aunque el número de optimistas es equiparable al de los pesimistas.

El 'Tankan' revela que el Índice de Confianza Empresarial de estas compañías se situó en los 2 enteros, frente al punto obtenido en la encuesta trimestral anterior.

El dato es ligeramente alentador, porque las pymes son las mayores empleadoras del país, pero el consumo interno -el motor de este tipo de empresas- sigue sin despuntar, lo que las incapacita para tomar el timón en esta época de turbulencias.

No obstante, las revelaciones del último informe del BOJ no son los primeros indicadores de un posible cambio de tendencia en el rumbo económico japonés, ya que hace una semana el Gobierno nipón revisó a la baja el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) entre julio y septiembre.

Así, si no se tiene en cuenta la inflación, el PIB japonés apenas creció un 0,7 por ciento en estos tres meses en comparación con el mismo período del año anterior.

Los analistas comienzan a barajar la posibilidad de que Japón pueda entrar en otra fase de estancamiento económico o, incluso, retroceso si Estados Unidos entra en recesión.

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