Portugal vuelve mañana a tener una cita ante los mercados con una emisión de hasta 2.000 millones de euros en letras del Tesoro a seis y doce meses, que confía en colocar a un interés por lo menos similar al de las últimas ocasiones.
La subasta del Tesoro luso pondrá así una vez más a prueba el grado de confianza de los inversores sobre las reformas y ajustes aplicados por el país a cambio de la ayuda financiera de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Portugal ha logrado rebajar desde principios de este año la rentabilidad exigida por los compradores por su deuda a corto plazo, lo que le ha permitido aumentar el importe de cada emisión y reducir el número de subastas.
De hecho, su última cita con los mercados data del pasado 6 de junio, cuando colocó 1.500 millones de euros a seis y doce meses a un interés del 2,65 y el 3,83 por ciento, respectivamente.
El país sólo emite letras y no obligaciones -con vencimiento superior a dos años- desde que solicitara el rescate financiero, ya que la ayuda de 78.000 millones de euros concedida por la UE y el FMI cubren sus necesidades financieras a largo plazo.
En el mercado secundario, donde los inversores pueden comprar y vender las obligaciones adquiridas en subasta pública y que es utilizado por los analistas como referencia, los intereses que penalizan la deuda lusa también han caído con fuerza desde febrero, aunque siguen siendo elevados.
Concretamente, los títulos portugueses a dos, cinco y diez años cotizaban hoy al 7,63, el 9,83 y el 10,5 por ciento, respectivamente, muy lejos de los máximos marcados el pasado mes de enero, cuando alcanzaron valores récord de entre el 17 y el 22 por ciento.
Portugal ha logrado rebajar desde principios de este año la rentabilidad exigida por los compradores por su deuda a corto plazo, lo que le ha permitido aumentar el importe de cada emisión y reducir el número de subastas.
De hecho, su última cita con los mercados data del pasado 6 de junio, cuando colocó 1.500 millones de euros a seis y doce meses a un interés del 2,65 y el 3,83 por ciento, respectivamente.
El país sólo emite letras y no obligaciones -con vencimiento superior a dos años- desde que solicitara el rescate financiero, ya que la ayuda de 78.000 millones de euros concedida por la UE y el FMI cubren sus necesidades financieras a largo plazo.
En el mercado secundario, donde los inversores pueden comprar y vender las obligaciones adquiridas en subasta pública y que es utilizado por los analistas como referencia, los intereses que penalizan la deuda lusa también han caído con fuerza desde febrero, aunque siguen siendo elevados.
Concretamente, los títulos portugueses a dos, cinco y diez años cotizaban hoy al 7,63, el 9,83 y el 10,5 por ciento, respectivamente, muy lejos de los máximos marcados el pasado mes de enero, cuando alcanzaron valores récord de entre el 17 y el 22 por ciento.
