El presidente francés rechaza imponer nuevas condiciones a los países que precisen la ayuda financiera europea

Rajoy y Hollande unen fuerzas para lograr un supervisor bancario único

Rajoy y Hollande, al término de la rueda de prensa en el Palacio del Eliseo de París.  (Foto: IAN LANGSDON)
El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente francés, François Hollande, refrendaron ayer do ayer su posición común para presionar a la UE a cumplir los acuerdos adoptados por el Consejo Europeo de junio, convencidos de que esa es la forma de transmitir seriedad y confianza y calmar a los mercados. Será la postura común que defenderán en la cumbre de la Unión Europea de la próxima semana en Bruselas, según acordaron en la reunión que presidieron en el Palacio del Elíseo de París y en la que participaron varios ministros de los dos gobiernos.
Una cumbre de estas características no se celebraba desde 2009, pero ayer Rajoy y Hollande han decidido retomar el carácter anual de la misma para evidenciar el extraordinario momento que, aseguran, atraviesa la relación bilateral. Para demostrarlo pusieron el ejemplo de la postura común ante los retos de la Unión Europea pese a pertenecer a familias ideológicas distintas.

El jefe del Gobierno español y el presidente francés defendieron que la cumbre europea de la próxima semana impulse la unión bancaria europea y, en concreto, la creación de un supervisor bancario único. Ante las reticencias al respecto expuestas por Alemania, Rajoy -que dijo no tener constancia de las mismas- explicó que no ve razón alguna para que, según lo acordado, ese supervisor único esté listo en 2013. 'Es plenamente posible y deseable que el Consejo Europeo dé una señal nítida y clara de que continúa con determinación el proceso de integración europeo', aseveró el presidente español, mientras Hollande respaldó totalmente las palabras de Rajoy y consideró que lo que hay que hacer es ejecutar lo acordado.


PETICIÓN DE AYUDA

La sintonía entre el presidente francés y el jefe del Gobierno español quedó patente también ante la posibilidad de una petición de ayuda a la UE. Rajoy se remitió a declaraciones anteriores para explicar que no adoptó una decisión al respecto, pero Hollande, de forma genérica, señaló que hay países que están sufriendo unos tipos de interés para financiarse demasiado elevados. A su juicio, es hora de llevar a la práctica el mecanismo de ayuda sin necesidad de imponer nuevas condiciones a las ya fijadas, como el cumplimiento de los objetivos de déficit.

En clave económica, Rajoy también aseguró que trabajará para que no se cumplan las previsiones del Fondo Monetario Internacional sobre España y dijo que le reafirman en seguir con sus reformas y en exigir a la UE que cumpla sus acuerdos. El respaldo a Grecia también fue explicitado por Hollande y Rajoy, que ratificaron la colaboración contra ETA e hicieron un llamamiento a su disolución.

España y Francia suscribieron igualmente un plan de acción trienal de lucha contra la droga procedente del norte y oeste de África, y aunaron posiciones para que se mantenga una dotación suficiente para la política agraria común. La visión conjunta hispano-francesa se ha extendido también a otros asuntos de política internacional, como la situación en el Sahel o Siria.

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