Grecia, empobrecida por cinco años consecutivos de recesión, terminó ayer a la medianoche su campaña para las elecciones legislativas del domingo con el fantasma de su salida del euro.
Los últimos sondeos sitúan a los dos principales contendientes, la conservadora Nueva Democracia (ND) y a la izquierdista Syriza, a la par en intención de voto, aunque en tendencia descendente para el partido progresista, a pesar de que hasta hace unos días dominaba con algunos puntos de ventaja en las encuestas que reciben los partidos políticos.
Sin embargo, ni los conservadores -partidarios de renegociar las medidas de austeridad impuestas por Bruselas a cambio de los dos rescates- ni los izquierdistas -que piden su abolición, aunque en los últimos días han moderado su postura- dispondrían de una mayoría suficiente para gobernar en solitario. Por eso, deberán pactar con alguno de los otros cinco partidos que se espera entren en el Parlamento.
Sin embargo, ni los conservadores -partidarios de renegociar las medidas de austeridad impuestas por Bruselas a cambio de los dos rescates- ni los izquierdistas -que piden su abolición, aunque en los últimos días han moderado su postura- dispondrían de una mayoría suficiente para gobernar en solitario. Por eso, deberán pactar con alguno de los otros cinco partidos que se espera entren en el Parlamento.