Los sindicatos lusos mantienen la presión sobre el Gobierno con más protestas

Piquetes de la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP) protestan en la estación de Sao Bento durante la jornada de huelga general (Foto: EFE)
La comunista CGTP, el mayor sindicato de Portugal, ha convocado nuevas protestas contra la reforma laboral y las medidas de austeridad en las próximas semanas para mantener la presión sobre el Gobierno luso tras la huelga general del jueves.

Así lo señaló hoy en declaraciones a los medios el portavoz y miembro de la Comisión Ejecutiva del sindicato, Armando Farias, quien subrayó que seguirán 'en lucha' pese a ser conscientes de que evitar la introducción de la nueva ley -que liberaliza el mercado de trabajo- será 'muy difícil'.

La CGTP (Confederación General de Trabajadores Portugueses) que cuenta con más de 600.000 afiliados, fue la única central sindical convocante de la huelga general organizada ayer, cuyo seguimiento fue desigual, según diversas fuentes, mientras que el sindicato lo consideró un éxito.

La central ha convocado un paro y dos manifestaciones con las que espera dar nuevas muestras al Ejecutivo conservador luso de la determinación sindical a oponerse a su política económica, orientada a cumplir las duras condiciones del rescate financiero del país.

La primera medida es una concentración, que pretende ser multitudinaria, frente al Parlamento luso el próximo miércoles, cuando está previsto que sea sometida a votación la reforma laboral y pase el trámite sin dificultad gracias a la mayoría absoluta del centro-derecha.

Esa nueva ley surgió del pacto social suscrito este año por el Ejecutivo, la patronal y el segundo sindicato más importante del país, la Unión General de Trabajadores (UGT, de orientación socialista) que se ha distanciado de la línea dura de la central comunista.

Apenas tres días después, el sábado, la CGTP tiene prevista otra 'gran manifestación de la juventud', según sus dirigentes, y el 12 de abril un paro de los funcionarios de la Administración local, que dejarán de trabajar durante dos horas como señal de rechazo a la nueva norma.

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