Suiza, Austria y Luxemburgo acceden a flexibilizar el secreto bancario

Suiza, Austria y Luxemburgo han accedido a flexibilizar el secreto bancario, tras las presiones de las potencias del G-20 y de la OCDE sobre los paraísos fiscales con el fin de hacer frente mejor a la crisis del sector financiero.
Con estas decisiones, que se suman a las adoptadas por Liechtenstein, Andorra y en cierta medida Bélgica, los países afectados tratan de evitar entrar en la 'lista negra' de paraísos fiscales que la OCDE llevará a la cumbre que el G-20 que se celebrará en Londres el 2 de abril.

Suiza, que basa el poder de su plaza financiera precisamente en el secreto bancario, anunció hoy que simplificará y ampliará los procesos de intercambio de información con otros países en caso de sospechas fundadas de fraude o evasión fiscal, aunque el Conejo Federal helvético quiso dejar claro que el secreto sigue existiendo.

En esa línea, el ministro de Finanzas, Hans-Rudolf Merz, precisó que la privacidad de los clientes debe seguir siendo protegida contra la consulta 'injustificada' de informaciones relativas a su situación patrimonial, 'sin que ello signifique que el secreto bancario proteja a los autores de delitos fiscales'.

Merz lo aclaró en conferencia de prensa gráficamente cuando dijo que no se trata de permitir 'expediciones de pesca' para capturar a posibles defraudadores y que se debe garantizar la protección de todos los derechos en el procedimiento.

En concreto, la flexibilización en el intercambio de información fiscal se hará en el marco de los acuerdos bilaterales existentes con otros países para evitar la doble imposición.

Suiza se ha visto sometida a fuertes presiones en los últimos meses. El mayor banco del país, UBS, accedió el pasado mes a revelar unos 300 nombres de clientes de EEUU acusados por la justicia estadounidense de fraude fiscal, ante la amenaza de retirarle la licencia para operar en ese país.

Pero lejos de calmar al departamento de Justicia, UBS vio cómo se le pedía romper el secreto de más de 50.000 cuentas, hasta el punto de que la ministra de Exteriores suiza, Micheline Calmy-Rey, advirtió la semana pasada a su homóloga Hillary Clinton de que presionar demasiado sería peligroso para todo el sistema financiero.

También Austria, que tiene uno de los secretos bancarios más restrictivos de Europa, anunció hoy que permitirá abrir las cuentas bancarias de ciudadanos extranjeros en caso de sospechas de autoridades fiscales de otros países.

El ministro austríaco de Finanzas, Josef Proll, dijo en rueda de prensa en Viena que esas sospechas deberán estar 'bien documentadas y justificadas' para que las autoridades bancarias accedan a abrir las cuentas de un cliente extranjero.

Hasta ahora, las entidades austríacas sólo estaban obligadas a dar información a otros países si había un proceso judicial abierto.

'Damos un paso hacia la OCDE para defender nuestros intereses. Eso era importante porque en los últimos días se estaba discutiendo mucho sobre diversas listas negras', dijo Proll.

Los más afectados por este cambio de rumbo en la legislación bancaria austríaca serán los ciudadanos de Alemania, que en el pasado han transferido miles de millones de euros a cuentas secretas en la república alpina, lo que ha provocado gran malestar en Berlín.

Andorra, Liechtenstein y Luxemburgo han asumido los estándares de transparencia en materia fiscal de la OCDE, y Bélgica anunció ayer que pondrá en marcha un nuevo sistema de intercambio de información en esta materia tras las críticas de falta de transparencia.

La Comisión Europea ha acogido 'con satisfacción' todos estas inicitivas, tras defender desde hace años, como ha recordado un portavoz del Ejecutivo comunitario, las medidas ahora adoptadas.

Los anuncios llegan cuando se aproxima la cumbre del G-20 de Londres y ante las perspectivas de revisión de la lista de países no cooperadores en materia fiscal que fue solicitada por Francia y Alemania, con el apoyo de otros países.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, advirtieron el jueves, en la cumbre franco-alemana de Berlín, que sus países van a trabajar en un mecanismo de sanciones efectivo para protegerse de los riesgos que hacen correr los paraísos fiscales en el contexto de la crisis.

A Sarkozy se le preguntó hoy por la situación de Mónaco y respondió que todos los paraísos fiscales tienen que tomar el mismo camino.

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