El tráfico de cuatro autopistas portuguesas que pasaron a ser de pago a finales del pasado año bajó una media del 30 % en julio, agosto y septiembre de este año, en relación al mismo periodo de 2011, cuando aún eran gratuitas.
Según datos del Instituto de Infraestructuras Rodoviarias (IIR) luso conocidos hoy, la A-22 (que une el Algarve y Andalucía), la A-23 (que cruza el Alentejo), la A-24 (colindante con Galicia) y la A-25 (próxima a Salamanca) fueron las vías que registraron mayor caída.
Todas ellas eran 'SCUT', acrónimo en portugués de 'sin coste para el usuario', hasta la introducción de los peajes, muy criticados por usuarios, transportistas y municipios de los dos lados de la frontera.
La A-22 cayó en su tráfico diario medio entre julio y septiembre un 42 % hasta los 13.451 vehículos; la A-23, un 32 %, hasta los 7.803 vehículos; la A-24, un 30 %, hasta los 5.688; y la A-25, el 24 por ciento, hasta los 11.462.
En otras tres antiguas SCUTS de la región norte que pasaron a ser de peaje ya en 2011, los descensos de tráfico entre el año pasado y el actual han sido menores.
En la autovía de Costa da Prata se redujo de media un 7,5 % entre julio y septiembre de 2012 comparado con el mismo periodo del 2011, el Gran Oporto cayó el 7,7 % y la A-28 perdió el 7 %.
Desde que se hizo obligatorio el pago para circular por las antiguas SCUT, justificado en la necesidad de aumentar los ingresos estatales para combatir el déficit público, hubo varias acciones de protesta en los dos lados de la frontera, especialmente de transportistas y de instituciones cívicas y del sector turístico.
Las siete vías tienen un coste para los turismos de entre 11 y 19 euros por trayecto y su método de pago electrónico obliga a los viajeros a adquirir una tarjeta o bonos prepago asociados a su matrícula o alquilar un dispositivo de lectura, opciones ambas criticadas por los usuarios por su complejidad.
Ante las críticas recibidas y tras una advertencia de la Comisión Europea (CE), el Gobierno portugués ha extendido a todos los conductores, incluidos extranjeros, el descuento del 15 % del que gozaban algunos residentes lusos en los peajes de vías cercanas a Andalucía, Castilla y León y Galicia.
Todas ellas eran 'SCUT', acrónimo en portugués de 'sin coste para el usuario', hasta la introducción de los peajes, muy criticados por usuarios, transportistas y municipios de los dos lados de la frontera.
La A-22 cayó en su tráfico diario medio entre julio y septiembre un 42 % hasta los 13.451 vehículos; la A-23, un 32 %, hasta los 7.803 vehículos; la A-24, un 30 %, hasta los 5.688; y la A-25, el 24 por ciento, hasta los 11.462.
En otras tres antiguas SCUTS de la región norte que pasaron a ser de peaje ya en 2011, los descensos de tráfico entre el año pasado y el actual han sido menores.
En la autovía de Costa da Prata se redujo de media un 7,5 % entre julio y septiembre de 2012 comparado con el mismo periodo del 2011, el Gran Oporto cayó el 7,7 % y la A-28 perdió el 7 %.
Desde que se hizo obligatorio el pago para circular por las antiguas SCUT, justificado en la necesidad de aumentar los ingresos estatales para combatir el déficit público, hubo varias acciones de protesta en los dos lados de la frontera, especialmente de transportistas y de instituciones cívicas y del sector turístico.
Las siete vías tienen un coste para los turismos de entre 11 y 19 euros por trayecto y su método de pago electrónico obliga a los viajeros a adquirir una tarjeta o bonos prepago asociados a su matrícula o alquilar un dispositivo de lectura, opciones ambas criticadas por los usuarios por su complejidad.
Ante las críticas recibidas y tras una advertencia de la Comisión Europea (CE), el Gobierno portugués ha extendido a todos los conductores, incluidos extranjeros, el descuento del 15 % del que gozaban algunos residentes lusos en los peajes de vías cercanas a Andalucía, Castilla y León y Galicia.
