Van Rompuy: los mercados no deberían subestimar la determinación de la UE

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, advirtió hoy a los mercados financieros internacionales de que 'no deberían subestimar la determinación política' de la Unión Europea (UE) de defender la estabilidad de la eurozona.
'Haremos todo lo que sea necesario para garantizar la estabilidad de la eurozona en su conjunto', manifestó Van Rompuy en una conferencia pronunciada en la sede la Comisión Europea en Londres, tras reunirse con el primer ministro británico, David Cameron.

Subrayó que 'estas no son palabras vacías', pero admitió que esta declaración de intenciones tiene que ir acompañada de una colaboración más estrecha por parte de los gobiernos de los 17 países que comparten la moneda única europea.

Van Rompuy indicó que lo importante en la situación actual no es determinar la cuantía o la duración en el tiempo del mecanismo de estabilidad financiera de la UE (FESF), sino enviar a los mercados el mensaje de que 'se dará cualquier paso necesario para salvaguardar la estabilidad financiera de la eurozona'.

'Esta voluntad política siempre estuvo clara y ahora (tras la cumbre comunitaria de diciembre) es más clara que hace unos meses', dijo Van Rompuy, quien no quiso opinar sobre el fondo del que debería disponer la FESF 'mientras no haya un consenso al respecto'.

'Prefiero este método en vez de primero lanzar las ideas y esperar luego el consenso, pero pueden tener la seguridad de que haremos lo que haga falta para garantizar la estabilidad financiera de la Unión Europea', insistió.

Los rescates de Grecia e Irlanda en 2010 y las dudas sobre la solvencia de la deuda soberana de Portugal, Bélgica y España son la evidencia, explicó, de que la eurozona 'debe trabajar más estrechamente' que otras regiones que no comparten un mercado.

Esta coordinación hará que el pilar de la economía de la UE sea 'más estable' y no supondrá en ningún caso una obligación o una cesión de soberanía por parte de los países que no forman parte de la zona euro y que no quieran armonizar sus decisiones con Bruselas.

El mensaje, pronunciado en un edificio que fue durante años la sede central del euroescéptico Partido Conservador británico, iba dirigido al Gobierno de Cameron, reacio a cualquier iniciativa de coordinación económica que pueda implicar una pérdida de soberanía.

Van Rompuy reconoció la particularidad del Reino Unido, pero se mostró convencido de que incluso en el Gobierno de Londres existe 'un sentido de la pertenencia a la Unión', que ha fortalecido en los últimos tiempos la cohesión del mayor mercado del mundo.

En su opinión, 2010 fue el ejemplo de ese fortalecimiento, ya que se logró evitar el colapso de la zona con los rescates de Grecia e Irlanda, se impulsó la microgestión de las crisis financieras y se aprobó el mecanismo de estabilidad de la eurozona.

Superado el momento crítico, Van Rompuy pidió mirar al futuro y tener en cuenta que el euro sigue mostrando 'fundamentos sólidos' y que el crecimiento de la eurozona 'ha sido bueno' el año pasado, pese a los problemas específicos de los países periféricos.

Estos países, argumentó, 'necesitan reformas que permitan mejorar la productividad y la competitividad' para volver a crear empleo.

'Frente a desafíos sin precedentes, tomamos las medidas necesarias y demostramos unidad', recordó el presidente del Consejo Europeo, quien consideró que ha sido esa coordinación la que en el futuro devolverá el crecimiento y el empleo a la región.

Esto no quiere decir que esté todo hecho, agregó el mandatario comunitario, que pidió a los países miembros prepararse para lo cambios del mercado laboral, de los sistemas de salud, de una economía más sostenible y del acceso futuro a la energía.

También aludió a la necesidad de mejorar la imagen de la UE ante los ciudadanos para hacer frente a la percepción actual de que 'el mercado único es menos popular y causa escepticismo y miedo'.

En política exterior, dijo que los veintisiete Estados comunitarios deben 'definir sus intereses comunes y fijar sus prioridades', teniendo en cuenta que 'no se empieza de cero' porque 'la UE es la mayor economía del mundo y el mayor donante para la cooperación internacional'.

Sin embargo, reconoció, 'podríamos hacer más colectivamente para trasladar la influencia económica a la influencia política en el exterior (...); la construcción de una imagen pública comienza en casa y deberíamos proyectar esa imagen hacia fuera'.

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