Vieites: “No es el momento de abordar la reforma laboral ni la subida salarial”

La patronal gallega aboga por una rebaja de la presión fiscal a la empresa y la reindustrialización de Galicia

Juan Manuel Vieites (Vigo, 1952) es presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, decano del Cuerpo Consular de Vigo, cónsul de Polonia en Galicia, vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), presidente de la alianza de centros tecnológicos Atiga y presidente de la organización europea del atún, Eurothon, entre otros cargos. Cuenta con una dilatada trayectoria en el mundo empresarial donde asegura que ha visto de todo, pero nada como la pandemia.

Llegó a la CEG hace 7 meses en plena tercera ola de la pandemia y ya vamos por la quinta. ¿Cómo la afronta la empresa gallega?

Con incertidumbre, pero  pensando que vamos a salir de esta situación. Ha sido un mal sueño de más de un año y medio, pero los empresarios están para crear riqueza y empleo. 

¿Podemos hablar de recuperación?

Estamos recuperándonos aunque es muy desigual en función de los sectores. Para una recuperación plena todavía falta, calculo que hasta finales de 2022 o principios de 2023 habrá sectores que no se normalizarán.

La industria es clave, pero está pasando una grave crisis en Galicia.

La situación es preocupante y hay zonas que hay que revitalizar y trabajar en empresas más competitvas. Efectivamente tenemos muchos deberes por delante y la CEG está intentando poner los mimbres adecuados.

En Vigo hay tres astilleros sin carga de trabajo.

Hay sectores a los que hay que buscar su acomodo de cara al futuro, como el naval. Vigo es una ciudad muy empresarial con una industria pionera y hay que poner los mimbres con todas las administraciones en consenso para buscar terreno industrial que atraiga a más empresas y las que estén se puedan desarrollar.  Vigo es una de las ciudades más importantes de España sin ser capital de provincia y no puede perder esa posición y no debería haber enfrentamientos políticos para poder avanzar. 

Un efecto colateral que ha dejado la pandemia es la escasez de materias primas y el encarecimiento. ¿Cómo lo afrontan?

Es un cisne negro todo lo relacionado con los costes de la energía, los fletes o la escasez de materias primas. La pandemia nos ha trastocado los flujos económicos y comerciales, China está desarrollando su economía de manera muy fuerte y otras zonas tendremos que hacer planes concretos de políticas energéticas, de logística comercial y tener siempre alternativas para una reindustrialización de Galicia con llegada de materias primas para transformarlas aquí y darles valor añadido.

¿Sigue habiendo fuga de empresas a Portugal?

Paró un poco. Hubo un boom motivado por las facilidades de los procesos administrativos y lo que hay que hacer es actuar sobre las fiscalidades, las relaciones laborales, las pensiones, el salario mínimo. A mí, que soy muy gallego y muy vigués, me da tristeza que no podamos conseguir desde el mundo empresarial tener el campo de juego adecuado en nuestro territorio.

¿Qué papel jugarán los fondos europeos en la recuperación?

Es una oportunidad para la empresa si lo sabemos gestionar bien. Esto no es un plan b, sino para transformar la economía de cara al ciclo siguiente que es la quinta revolución industrial, más digitalizada, con más economía verde y circular, focalizada en las personas. Ahora viene la parte geopolítica  con el reparto por parte del Gobierno sobre los fondos. No son ningún regalo, hay que cumplir. Se presentaron muchas, 355 sólo de Galicia, algunas poco maduradas pero otras muy buenas. Lo que no puede haber es dispersión favoreciendo a unas comunidades frente a otras. Hay que basarse en proyectos viables, que crean riqueza y empleo y con visión de futuro en esa economía que viene y no pensar en votos políticos. 

En la agenda del Gobierno para después del verano está la reforma laboral. ¿Cuál es la postura de la CEG?

No es el momento, hay que esperar primero a la recuperación y después  buscar los acomodos adecuados mirando siempre a los países de nuestro entorno porque flaco favor nos haríamos si no lo hiciéramos ya que las empresas se pueden desplazar a otras zonas si tienen condiciones mejores. Creo que hay que actuar en algunas cuestiones, pero tampoco abrir la reforma como paquete total. Ha funcionado medianamente bien. Abordarla siempre dentro del diálogo social.

¿Es el momento de subir el Salario Mínimo Interprofesional?

Tampoco. Se podrá hacer de cara a los próximos años, pero en 2021 sería muy imprudente. Los datos son una cosa y palpar a las empresas y autónomos es otra y lo están pasando mal.

¿Y en materia de impuestos?

Creo que Galicia va a hacer sus deberes en los próximos presupuestos generales de la comunidad autónoma. El presidente Feijóo ha entendido que teniendo menos fiscalidades tendremos una mejor economía. Me da tristeza que haya empresarios que se vayan a otras comunidades con sus familias y no vuelvan y crean riqueza en otros lugares.

Hay mucho paro juvenil y también déficit de trabajadores en algunos sectores. ¿Qué falla?

La CEG sentó las bases con la Consellería de Educación con un convenio por la formación profesional. La FP dual es adecuada pero no suficiente y hay que retocarla para que se adecúe más a lo que la empresa demanda. En la construcción o en la pesca hay una deficiencia de trabajadores, pero creo que tendrían que ser más atractivos. 

¿Puede deberse al componente salarial con respecto a otros países?

Alguna cosa se podrá mejorar, pero en general creo que los salarios aquí son buenos. Hablamos de algunas actividades muy duras y hoy tenemos una sociedad un poco más acomodada.

¿Y el teletrabajo influye?

Estamos constatando que muchos prefieren presencial porque en casa es un ‘totum revolotum’ y se pierde eficacia y no se gana en competitiivdad. El teletrabajo tiene su hueco y hay que aprovecharlo, pero no es la panacea.

¿Tiene buena relación con los sindicatos? 

Muy buena, siempre la he tenido. Entiendo su posición y ellos tienen que entender a la empresa y que buscar la estabilidad empresarial es clave.

¿Y con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz?

Tengo feeling con las dos ministras gallegas. Estoy en un momento en el que digo las cosas tal y como las pienso y les dije que tengo una espinita clavada al ver cómo otros ministros miran más hacia sus territorios y que ellas dos tiraban poco para nuestra comunidad, una región histórica que quiere ganar el reto de futuro de la economía. Nadia Calviño es muy buena conocedora de Galicia y también de Bruselas y la primera vez que estuve con ella le dije que habíamos perdido mucho en Europa.

¿Qué se piensa desde Bruselas de aquí?

Creo que no estamos en el mejor momento en Bruselas, el presidente del Gobierno y los ministros defienden a capa y espada nuestro país, pero no estamos en el foco central de la Unión Europea.

Habla de España, pero le preguntaba de Galicia.

Es un territorio de España así que si España no está... Galicia hace lo que puede. Los sectores vamos allí de una manera continuada porque hay que defender ‘o noso’ y hay mucho que hacer. Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. Si nos dejamos ir en Bruselas, mal, porque de allí vienen todas las decisiones. Así que debemos estar y muy bien representados y con los cargos adecuados.

Y no lo estamos.

Creo que en el momento actual no. Echo de menos una representación más potente en la Unión Europea, en los puestos de decisión.

Llegó a la patronal con la idea de unir a los empresarios y acabar con la fractura interna que arrastraba desde hace años. ¿Conseguido?

Hemos andado un gran camino y los territorios norte, sur, este y oeste están cohesionados y la percepción es de que estamos todos unidos para ser más fuertes y que nos hagan más caso las administraciones y defender mejor a las empresas. Tenemos una patronal cohesionada y unida y un consejo asesor que es la flor y nata de Galicia.

Fue propuesto por los empresarios. ¿Se lo pidió también el presidente de la Xunta?

No, no me lo pidió, pero creo que desde la Xunta lo vieron bien. Desde el minuto uno defendí la independencia de la confederación empresarial.

¿Por qué presentó su programa en Lugo? ¿Buscaba terreno neutral y evitar la confrontación norte-sur?

No. Sabía que Pontevedra se iba a adherir, Coruña no sabía y Ourense en 48 horas tuvo un presidente y se fue. Me quedaban los empresarios de Lugo. He sido el presidente elegido con el mayor porcentaje de la historia de la CEG, con el 89,6%, y hoy, que sé quien no me votó, veo que están a pies juntillas conmigo y que no votaron porque estaban en contra de cómo se había llevado la CEG y  estaban muy enfadados.

¿Se volverá a presentar?

Quiero hacer el trabajo que propuse. Que la mujer tenga un papel más relevante en la empresa, dignificar la CEG, unir a los empresarios, que todos se sientan representandos y creo que lo estamos consiguiendo. Desde el punto de vista económico estamos pagando las deudas. La CEG goza de una buena salud y tiene claro lo que quiere ser de mayor, la gran organización empresarial de Galicia. Ya veremos de cara al futuro, yo soy una persona de metas aunque no es el caso de Anfaco donde llevo 43 años.

 Ahí iba. ¿Seguirá en Anfaco?

De momento estoy, el año que viene tomaré decisiones porque tengo una edad y todo el día a ello, la familia sufre. Me merezco descansar, navegar y dedicarme a otros placeres de la vida.

¿Ha tenido vacaciones? 

Descansé algo en agosto y disfruté unos días. Septiembre viene a tope. No tengo ni un solo día libre. No sabes cómo funciona mi móvil (risas).

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