Presidentes autonómicos y dirigentes del PSOE cuestionaron ayer las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre las macrogranjas y apostaron por seguir desarrollando el sector con los criterios ambientales y de calidad exigentes. A su llegada a la sede del PSOE para asistir al Comité Federal del partido, los dirigentes rehusaron entrar en la polémica de si el ministro debería o no ser destituido por considerar que la decisión corresponde solo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
No obstante, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, lanzó una crítica contra Garzón al señalar que “los errores en la vida y en la política van en la misma proporción a la carga de trabajo” y que, como dice un dicho de su tierra, “cuando el diablo no tienen nada que hacer, mata moscas con el rabo”. García-Page señaló que “cuando alguien mete la pata, como lo ha hecho (Garzón), y no es la primera vez, lo mejor es rectificar”, ya que “se pueden decir tonterías en todos los idiomas y en todas las latitudes políticas”, pero lo importante es rectificar.
OTRAS PREOCUPACIONES
En cuanto a si considera que el ministro debería ser cesado, el líder manchego señaló que la decisión depende de Sánchez y que, “basta que le pida la oposición una cosa, para que tenga que hacer lo contrario”. Por ello, consideró que el PSOE debe “dejar muy claro que piensa de manera muy distinta” y que su verdadera preocupación es la recuperación económica y la batalla contra el coronavirus.
Además, señaló que “no ha habido en la vida unos controles de calidad” como los actuales, por lo que lo importante es pactar con el sector una legislación “equilibrada” y que contemple los intereses ambientales y el desarrollo de la industria.
Por su parte, el candidato del PSOE a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, aseguró que el sector ganadero es un “sector de primor en el que se crea economía y empleo y del que nos sentimos orgullosos”. Preguntado por Garzón y si cree que debería dimitir, el candidato socialista aseguró que pese a que las declaraciones del ministro “probablemente no hayan sido las correctas, el país no está para polémicas que se ceban desde la derecha”.
También el exministro de Sanidad y líder del PSC, Salvador Illa, subrayó su convicción de que el sector primario cumple con todas las exigencias de calidad impuestas por la UE y cuenta con su apoyo. Finalmente, la exvicepresidenta Carmen Clavo también rehusó entrar en la polémica y se limitó a destacar el “importante trabajo en sostenibilidad ambiental” que está realizando el Gobierno.
El Ministerio de Agricultura quiere limitar las granjas de ganado vacuno a un máximo de 850 cabezas, un límite muy inferior a los hasta 10.000 denunciados por Garzón, y fija condiciones de alojamiento y alimentación de las explotaciones, es decir, evita el maltrato a los animales. Un decreto que regula esta materia está ya en información pública, desde otoño, lo que, en teoría, hace inminente su publicación en el BOE
