Ayuso arrasa y se queda a solo cuatro diputados de lograr mayoría absoluta

Ayuso celebra la victoria de su partido (EFE).
photo_camera Ayuso celebra la victoria de su partido (EFE).
Necesitará la abstención de Vox para formar gobierno, Ciudadanos desaparece, y PSOE y Más Madrid empatan con 24 escaños 

Isabel Díaz Ayuso era ayer la gran triunfadora de la noche electoral madrileña multiplicando por dos los resultados obtenidos en las elecciones de 2019 y sumando por sí sola más votos que todo el bloque de la izquierda junta. No ha alcanzado la mayoría absoluta, pero gobernará con tranquilidad gracias al previsible apoyo que recibirá de Vox. La abstención del partido de ultraderecha será suficiente para salir elegida presidenta por los dos años que quedan de legislatura. Tiene las manos libres para gobernar y no tendrá que integrar a la formación nacionalista en su ejecutivo, algo que dificultaría el mensaje de moderación que quieren lanzar desde la dirección nacional del PP para ganar al electorado más centrado. 

Atrás queda una campaña atípica en la que Ayuso ha marcado las reglas de juego dejando descolocados a sus adversarios. Ha sabido canalizar el descontento de gran parte de la población con las medidas impulsadas por el Gobierno central, confrontando con Pedro Sánchez y ganándose a los votantes descontentos. Porque en esos 65 escaños no sólo están reflejados los seguidores habituales del PP, e incluso aquellos que han abandonado Ciudadanos. También están electores que otras veces votaban a la izquierda, pero que en esta ocasión han confiado en Ayuso. La apuesta por eliminar al mínimo las restricciones, el apoyo a la hostelería y la amplitud de horarios comerciales han dado buenos resultados en las urnas. Porque Ayuso no sólo ha ganado entre los tradicionales feudos de la derecha, lo ha hecho en todos los municipios de Madrid, excepto tres donde la fuerza mayoritaria ha sido el PSOE.  

El papel de Casado 

Curioso el papel que le ha tocado a Pablo Casado, ya que tanto si Ayuso perdía como si ganaba su liderazgo estaba en juego. En el primer caso porque hubiera sido la última oportunidad para mantenerse al frente de un partido, cuyos barones tienen muchas dudas sobre su liderazgo. Pero al vencer Ayuso, surge una nueva figura emergente en el PP, ganando en las urnas de forma contundente tras una  campaña personalista, donde su rostro ha sido el auténtico reclamo para los votantes, mientras que las siglas del partido han quedado relegadas a una pequeña esquina de los carteles. Ayuso es joven y ambiciosa, y con un camino largo por recorrer. Quien mejor lo sabe es su jefe de campaña, Miguel Ángel Rodríguez, el muñidor en la sombra de esta victoria, quien ya consiguió llevar a José María Aznar a La Moncloa y no sería extraño que volviera a intentarlo de nuevo.

Ángel Gabilondo es uno de los grandes perdedores de la noche, algo que no se le puede atribuir a él solo, ya que desde la dirección nacional han entorpecido su campaña lanzando mensajes contradictorios, como la subida de los impuestos, que han generado demasiadas dudas entre los electores. Tampoco le ha ayudado la débil oposición que ha realizado durante estos dos años en la Asamblea, papel que ha dejado en manos de Más Madrid a quien el electorado ha premiado con el aumento de escaños. Las derrotas son huérfanas y por eso Gabilondo tuvo que dar ayer la cara solo mientras Pedro Sánchez seguía la noche electoral desde La Moncloa. 

Más Madrid

Por el contrario Más Madrid ha sido la otra gran triunfadora de la noche al ganar en votos al PSOE y empatar a escaños. Se confirma así el sorpasso que anunciaban las encuestas y colocan a su líder, Mónica García, como principal referente de la oposición frente a Díaz Ayuso. 

Ciudadanos desaparece de la Asamblea

Entre los grandes derrotados de la noche ninguno como Ciudadanos que no ha podido entrar en la Asamblea a pesar de sus más de cien mil votos. De los 26 escaños obtenidos en las elecciones autonómicas de 2019 ha quedado sin representación en Madrid al no alcanzar el 5% del voto electoral. Encadena así una nueva derrota que se suma a la de las elecciones catalanas del pasado mes de febrero, cuando perdió 30 de los 36 escaños que tenía en el Parlament. El candidato Edmundo Bal compareció ante los medios rodeado de su equipo para reconocer la derrota, pero sin la presencia de Inés Arrimadas a pesar de estar en la propia sede del partido. Hasta el último momento, la dirección nacional confió en que sucediera el milagro, pero las urnas dieron la espalda a la formación naranja que tiene por delante un sombrío futuro. 

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