El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, acusó al presidente Mariano Rajoy de haber reforzado durante su primer año de gobierno la Administración del Estado para 'recentralizar' y 'controlar más' a las comunidades, y le preguntó por qué no suprime ministerios. También le acusó de invadir constantemente las competencias de las autonomías y le reprochó que no haya abordado una reforma estructural de la Administración central.
En su discurso en el debate sobre el estado de la nación, Duran calificó ha de 'annus horribilis' los primeros doce meses del Gobierno de Mariano Rajoy desde la perspectiva económica, social y política. Recriminó al presidente que todas sus previsiones sobre la situación 'dramática' del paro se hayan 'agravado'; le pidió lealtad con el resto de administraciones en el reparto de los objetivos de déficit y le acusó de actuar de manera 'egoísta' y sectaria en el desarrollo de la ley de estabilidad presupuestaria.
Citó como algunas de las iniciativas legislativas del Gobierno con 'afán recentralizador' los proyectos de unidad de mercado, de mejora de la calidad educativa y la reforma de la administración local, y cargó contra la reforma para la estabilidad presupuestaria que 'está sirviendo a su objetivo ideológico de reforzar la Administración central'.
Durán le solicitó al presidente que no niegue el 'derecho' a decidir a aquellos que quieren pronunciarse sobre el futuro del pueblo catalán y le propuso 'dialogar sin reservas, reconociendo al otro su legitimidad'. precisó que ese derecho a decidir no se puede equiparar 'en absoluto' a un proceso de independencia o segregación.
Citó como algunas de las iniciativas legislativas del Gobierno con 'afán recentralizador' los proyectos de unidad de mercado, de mejora de la calidad educativa y la reforma de la administración local, y cargó contra la reforma para la estabilidad presupuestaria que 'está sirviendo a su objetivo ideológico de reforzar la Administración central'.
Durán le solicitó al presidente que no niegue el 'derecho' a decidir a aquellos que quieren pronunciarse sobre el futuro del pueblo catalán y le propuso 'dialogar sin reservas, reconociendo al otro su legitimidad'. precisó que ese derecho a decidir no se puede equiparar 'en absoluto' a un proceso de independencia o segregación.
