Los ciudadanos de Borja mostraron ayer su 'sorpresa' e 'incredulidad' ante la detención del párroco de la Colegiata de Santa María, Florencio Garcés, de 70 años de edad, y así lo hicieron notar ayer en una concentración de apoyo. El alcalde de la localidad zaragozana, Francisco Miguel Arilla, quien también estuvo presente en la protesta, afirmó que los vecinos no se esperaban 'para nada' la detención del párroco y que están tan sorprendidos como indignados.
Arilla añadió que piensan que el párroco 'no ha cometido ningún delito' y que 'le han podido engañar'. Además, afirmó que la detención no guarda relación alguna con la recaudación de los fondos obtenidos por las entradas para contemplar el 'eccehomo', que se encuentra en la iglesia del Santuario de la Misericordia, y que fue restaurado por Cecilia Giménez. 'No tiene absolutamente nada que ver', reiteró.
La concentración fue bastante tranquila, dado que muchos de los habitantes de la localidad se encontraban trabajando en la recogida de la oliva.
DETENCIÓN
Florencio Garcés fue detenido el pasado viernes por la Guardia Civil por su presunta implicación en un delito continuado de apropiación indebida de fondos de una parroquia, dos delitos de simulación de delito, un delito continuado de abusos sexuales y un delito de coacción y blanqueo de capitales.
El sacerdote había presentado dos denuncias de índole patrimonial y, según las investigaciones realizadas podría haberse apropiado de los fondos de una de sus parroquias, por una cuantía de 210.000 euros, de los cuales 146.000 fueron detraídos entre los meses de abril y noviembre.
La concentración fue bastante tranquila, dado que muchos de los habitantes de la localidad se encontraban trabajando en la recogida de la oliva.
DETENCIÓN
Florencio Garcés fue detenido el pasado viernes por la Guardia Civil por su presunta implicación en un delito continuado de apropiación indebida de fondos de una parroquia, dos delitos de simulación de delito, un delito continuado de abusos sexuales y un delito de coacción y blanqueo de capitales.
El sacerdote había presentado dos denuncias de índole patrimonial y, según las investigaciones realizadas podría haberse apropiado de los fondos de una de sus parroquias, por una cuantía de 210.000 euros, de los cuales 146.000 fueron detraídos entre los meses de abril y noviembre.
