Al quemar el cuerpo de su vecino provocó un incendio forestal
La Audiencia de Girona ha condenado a dieciséis años y medio de cárcel a Marlon Castro, que el 17 de marzo de 2014 mató a golpes y a cuchilladas a un vecino de Llançà para, posteriormente quemar el cadáver y provocar con ello un incendio forestal.
La sentencia contempla una pena de quince años y un día por el crimen y otra de un año y medio por el fuego que acabó con 0,6 hectáreas de una zona de matojo y bosque incluida en el área de protección medioambiental del macizo de la Albera.
Otras tres mujeres declararon como implicadas en los hechos y se las condenó a mitad del juicio a entre uno y cinco años de cárcel después de un acuerdo entre fiscalía, acusación particular y defensas al considerar que ninguna creyó que los hechos derivarían en un crimen.
El texto de la sentencia considera probado que una de esas tres personas, Dolors Folch, recogió a la víctima y la llevó a un lugar alejado y despoblado con la excusa de cerrar un negocio de venta de drogas.
Allí les estaba esperando el acusado, que sabía que ese hombre salía con su expareja y que, según explicó durante el juicio, vio en ese momento que vestía su ropa, que permanecía todavía en el que había sido su domicilio familiar.
La reacción fue la de abordar por sorpresa a la víctima, ensañarse a golpes y acuchillarla hasta siete veces con la consecuencia de que falleció desangrada en minutos.
Tras el crimen, otras de las mujeres implicadas, Esther Puig, que regentaba un bar de la localidad y tenía amistad con el acusado, le facilitó ducha y ropa para deshacerse de la que tenía ensangrentada y lo acompañó a una gasolinera de Figueres para comprar una garrafa de gasolina.
Ambos volvieron donde estaba el cadáver y le prendieron fuego para borrar pruebas, pero las llamas se propagaron y derivaron en un incendio forestal que obligó a intervenir a varios camiones de bomberos.
A la mañana siguiente, la madre de Esther Puig, Carmen del Castillo, que había tenido al procesado viviendo varios días en su casa, acompañó a éste en su huida a Valencia.
Los Mossos d`Esquadra dieron rápidamente con el autor y sus cómplices, porque el primero perdió el teléfono móvil junto al cadáver.
Carmen del Castillo fue condenada a un año y medio de cárcel por encubrimiento y su hija, Esther Puig, a tres años y medio por el mismo delito y por el de incendio.
A Dolors Folch, para quien el fiscal pedía veinte años por cooperadora necesaria en el crimen, se le rebajó a cinco años por lesiones en concurso con un resultado de homicidio imprudente.
Tras la lectura del veredicto de culpabilidad a cargo del tribunal popular previo a la actual sentencia, el fiscal recordó que el acusado, de origen hondureño, llegó a Llançà en 2011 y estaba en situación irregular y se pidió que se le cambiara el último tercio de pena por la expulsión del país.
La acusación particular pidió en cambio que cumpliera toda la condena en cárceles españolas y que se le expulsara posteriormente para evitar que volviera a cruzar la frontera de forma irregular.
