Condenado a más de 17 años por asesinar a su esposa con una navaja automática

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a Francisco A.G.T., de 51 años, a 16 años de cárcel por un delito de asesinato y a un año y tres meses por otro de tenencia ilícita de armas por matar a su mujer con una navaja automática en su vivienda de Albox (Almería) en mayo de 2009.

Fuentes judiciales han informado de que también ha sido condenado a pagar 150.000 euros a cada una las dos hijas que tenía en común con la víctima, María C.R., de 42 años, en el momento de su muerte, así como a pagar las costas del proceso.

Un jurado popular declaró por unanimidad el 23 de enero la culpabilidad del hombre en ambos delitos, a la vez que reconoció los agravantes de abuso de superioridad y parentesco, tras la vista oral celebrada en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería.

El Fiscal, que en principio había calificado los hechos de homicidio, solicitó finalmente, de acuerdo al veredicto, una pena de veintiún años de cárcel, diecinueve por el asesinato y dos más por tenencia ilícita de armas, ya que el acusado utilizó en el crimen una navaja automática, cuyo uso está prohibido en España.

La acusación particular pidió veinticinco años por el asesinato con varias circunstancias agravantes, y otros tres por la tenencia ilícita, así como una indemnización de 320.000 euros para cada una de las dos hijas.

Por su parte, la defensa del acusado pidió que se tuvieran en cuenta las 'circunstancias personales' de su representado, como hombre 'trabajador' que nunca antes había tenido problemas con la justicia, y solicitó que se le impusiera la pena mínima por asesinato, es decir, quince años de prisión.

Durante la primera sesión del juicio, el acusado admitió ser el responsable de la muerte y aseguró estar 'muy arrepentido' y 'apenado', si bien dijo que no se acordaba de nada de lo ocurrido durante el forcejeo que terminó con el apuñalamiento de su mujer.

El hombre, camionero de largas distancias, explicó que aquél día estaba 'muy cansado' y había consumido 'mucha cafeína', y que su mujer le había planteado el divorcio y llegó a decirle que 'ya tenía a otro'.

El acusado, quien afirmó que su mujer le escupió a la cara, dijo que 'perdió la cabeza' y que no recuerda 'nada' de lo ocurrido durante el forcejeo que terminó con el apuñalamiento de la mujer hasta en tres ocasiones, en el tórax y el abdomen.

Durante el juicio, el acusado negó que hubiera sometido a la mujer a malos tratos físicos y psíquicos en reiteradas ocasiones, como mantuvo la acusación particular.

No obstante, el jurado recordó en el objeto de veredicto que las hijas afirmaron haber visto a su madre con varios hematomas en los brazos.

El jurado también rechazó que el acusado estuviera en el momento del suceso 'fuera de control', ya que tanto los agentes de la Guardia Civil que le tomaron declaración como el médico forense que le examinó dijeron que estaba 'tranquilo y sereno'.

Asimismo, destacó el jurado que los peritos no observaron indicios de lucha en la vivienda, lo que reafirmaba la idea de que hubo abuso de superioridad.

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