La Audiencia Nacional ordenó la excarcelación del penal coruñés de Teixeiro de la antigua miembro del Comando Madrid

La etarra Inés del Río deja la prisión tras la anulación de la 'doctrina Parot'

La etarra Inés del Río (tercera por la derecha), rodeada de los que la esperaban en la prisión coruñesa. (Foto: ELISEO TRIGO)
La salida de la cárcel de Inés del Río y la libertad condicional de Antonio Troitiño fueron ayer la imagen de lo que va a representar el fin de la doctrina Parot, cuya derogación abre sin embargo varias incógnitas. Una de ellas es si se reactivará el proceso, en vía muerta, que se inició con el cese de la violencia de ETA.
Veinticuatro horas después de que la Corte Europea ordenara la salida de la cárcel de Inés del Río, condenada a 3.828 años por 24 asesinatos, la imagen de esta etarra, una histórica del comando Madrid, envuelta en una ikurriña y oculta entre amigos y familiares a las puertas de la prisión de Teixeiro (A Coruña) simbolizó lo que el entorno etarra considera una victoria.

A ella se unía, apenas unas horas después, la decisión de los tribunales británicos de conceder la libertad condicional a su compañero de comando Antonio Troitiño.

Ambos protagonizaron en 1986 uno de los atentados más sangrientos en la plaza de la República Dominicana en el que fallecieron 12 guardias civiles.

Si bien la puesta en libertad de la antigua miembro del comando Madrid ha levantado indignación en muchos colectivos, tan sólo dos personas mostraron ayer su repulsa a la excarcelación a las puertas del centro penitenciario gallego, en el que llevaba recluida desde 2008 después de pasar por diversas cárceles españolas. Dos hombres jóvenes los que, ataviados con traje y corbata, pasaron más de cuatro horas sosteniendo una bandera española con el símbolo constitucional tachado en señal, explicó uno de ellos, de la 'claudicación' del Gobierno.


EL PEOR ESCENARIO

Lo que temía el Gobierno, que los etarras y delincuentes más sanguinarios salieran a la calle, se está cumpliendo, pero a nadie se le oculta que el Ejecutivo ya barajaba el peor escenario y que nada iba a poder hacer para evitarlo. Fue este el argumento esgrimido por el Gobierno, que dejó la pelota en manos de los tribunales sentenciadores para ejecutar caso por caso, y a medida que les vayan llegando los recursos, la decisión del tribunal europeo.

Una innegable última palabra del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) -su decisión ya no admite recurso-, por lo que ayer la Audiencia Nacional no dudó y por unanimidad ordenó la excarcelación de Del Río. El Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ordenó además el bloqueo de la indemnización de 30.000 euros concedida a la miembro de ETA por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH) para destinarla a las víctimas.

Precisamente este tribunal tendrá que ver los recursos que el resto de etarras, más de medio centenar, afectados por la doctrina Parot presentará para reclamar su salida de prisión. Y como la Audiencia ha visto 'clara y concluyente' la sentencia de Estrasburgo, todo hace pensar que Del Río no será la única que disfrutará de la libertad en un plazo relativamente corto. La pregunta ahora es si ETA, que puede conseguir gracias a la sentencia que salgan libres muchos de sus presos históricos, dará instrucciones al resto de sus reclusos para que se acojan a los beneficios penitenciarios individuales.

Otro tanto harán previsiblemente las Audiencias Provinciales que condenaron y aplicaron la Parot a delincuentes con tres o más condenas, como a uno de los asesinos de las niñas de Alcàsser o al violador del ascensor.

Mientras tanto, el Gobierno no ha podido más que consolar a las víctimas del terrorismo y reconocer que, aunque este varapalo le duele, España ha refrendado el Convenio Europeo de Derechos Humanos y está obligada a cumplir lo suscrito. Consuelo que, de momento, no les ha servido de mucho, porque la asociación más combativa, la AVT que dirige Ángeles Pedraza, ha anunciado movilizaciones y quiere sacar el domingo a la plaza de Colón de Madrid a cientos de ciudadanos indignados.

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