Cientos de vecinos de Arriate (Málaga) despidieron ayer a María Esther Jiménez Villegas, la niña de 13 años que fue hallada muerta en la caseta de una depuradora, en una misa seguida incluso desde la calle por megafonía.
Inmediatamente después de la ceremonia, el féretro fue trasladado a Paterna de la Ribera (Cádiz), población de origen de la familia donde hoy recibirá sepultura. Fuentes cercanas a la investigación han precisado que ya han prestado declaración sobre el crimen alrededor de 50 personas entre vecinos del pueblo, familiares y allegados. Una treintena de especialistas de distintas unidades de la Guardia Civil investigan e intentan reconstruir los últimos pasos de la menor.
El Juzgado de Instrucción autorizó dar sepultura al cuerpo aunque no permitió su incineración por si es necesario practicar nuevas pruebas.
El Juzgado de Instrucción autorizó dar sepultura al cuerpo aunque no permitió su incineración por si es necesario practicar nuevas pruebas.
