La relación de Suárez con Ourense estuvo marcada por la relación con Franqueiras y Pío Cabanillas. La provincia fue un granero de votos para la UCD que fundó el presidente del Gobierno al inicio de la Transición.
La Transición política obligó al centroderecha español a buscar acomodo bajo partidos homologables a los de las democracias asentadas, como ya lo eran los de izquierdas. En Ourense, la voz cantante la llevó Eulogio Gómez Franqueira, con un grupo de gente que asumía su indudable liderazgo. En esta iniciativa pisaban fuerte Pío Cabanillas –vinculado a Ourense por consorte- y el destacado jurista y profesor José Manuel Otero Novas, ambos de Pontevedra. Aquí, entre los más próximos estaban Quiroga Suárez, que luego sería presidente de la Xunta preautonómica; Rodríguez Reza o Trillo Torres; de ahí nació el Partido Popular Ourensano; a continuación aparecía un grupo de jóvenes que enseguida se consolidarían como destacados políticos, entre los que figuraban Victorino Núñez, José Luis Baltar, Manuel Gallego Vila (alcalde de Taboadela), Miras Portugal, Mosquera Bacariza o Manuel García Montero.
El primer contacto de Adolfo Suárez con la provincia, fue en 1976, cuando buscaba adeptos para la causa de conformar un gran partido que le diese soporte político a su acción de gobierno. Con mesa y mantel de por medio se dieron cita en el restaurante Os Caracoles, en A Derrasa, varios centenares de personas bajo la presidencia del propio Suárez y Franqueira. A aquella concentración gastronómico-política asistió –de la mano de su padre- un niño de nueve años que andando el tiempo sería presidente del PP de Ourense y de la Diputación. Era Manuel Baltar, que conserva como oro en paño la invitación al evento.
Los centristas de Ourense se sumaron sin reservas al proyecto en ciernes y en él ocuparon siempre una posición destacada, en tanto que bajo el liderazgo incuestionable de Franqueira y con la maquinaria humana que movía a través de Coren, la UCD de Ourense fue un importantísimo vivero de votos. Es más, en las municipales de 1979 lograron hacerse con la Diputación, donde Franqueira colocó a Victorino Núñez. Suárez estuvo en esa campaña en Ourense y habían sumado nuevos efectivos a la causa. Uno de los fichajes rutilantes para aquellos comicios fue Isaac Vila Rodríguez, empresario y ejecutivo de banca, que iniciaría así una dilatada trayectoria política.
La capacidad de influencia de Ourense sobre Suárez fue notable, pues Pío Cabanillas y Otero Novas estuvieron sentados en el Consejo de Ministros: el primero como titular de Cultura y Bienestar, Adjunto al Presidente, Presidencia y Justicia. Otero Novas, por su parte, fue ministro de Presidencia y luego de Educación.
