PERFIL DE ALBERT RIVERA

El líder que llevaba hasta hoy una vida de centro

El joven Rivera supo desde pronto que su vida iba a estar detrás de un atril

Bellaterra es una de esas aldeas dormitorio del Vallès, en Barcelona. Una de tantas. Atravesada por los ferrocarriles de la Generalitat y un hotel donde Albert Rivera fue elegido líder de Ciudadanos por orden alfabético. Su trayectoria primaria es el fruto del pegamento más poderoso que existe en política, un enemigo común. El nacionalismo, en este caso.


El líder de la cuarta fuerza política del país, llevaba posiblemente hasta hoy, una vida de centro: trabajar en la tienda de su cuñado, estudiar en la universidad privada, vivir en un apartamento de 50 metros en el cinturón rojo de Hospitalet, ser un ejecutivo de La Caixa. Su madre, andaluza de Málaga. Su padre, catalán. 


Albert Rivera_resultEl joven Rivera supo desde pronto que su vida iba a estar detrás de un atril. Así que tomó distancia de las aulas, donde se licenció en Derecho, para convertirse en campeón de España de debate de competición en 2001, gracias al entrenamiento de sus profesores de Derecho Constitucional, como el peruano José Carlos Remotti, y a su rivalidad con Gerard Guiu, cercano entonces al PSC y hoy director de proyectos del Barça.


Narra Enric González una asamblea de la plaza de Urquinaona, en el centro de la Condal, donde un grupo de intelectuales huidizos del Estatut de 2006 celebraba las reuniones del primer Ciutadans. Allí Rivera agarró con tanta fuerza la palabra que no la ha soltado hasta hoy. El bautizo de un líder que, según dos de sus anuncios electorales, se ha desnudado por España y ha operado a España. 


El chico nacido en la Barceloneta es, así se ha definido, un liberal progresista. Ha posicionado a su alrededor a un equipo de jasp: jóvenes aunque sobradamente preparados. En su órbita giran los planetas satélites de Fernando de Páramo, su asesor de comunicación, José Manuel Villegas, el director de campaña y vicesecretario general, o Luís Garicano, el economista de la LSE y fichaje estrella. Luce con especial brillo Inés Arrimadas. 


Rivera quiso disparar con la pistola del cambio “sensato” una bala de liberal progresismo al corazón del PP y, sobre todo del PSOE. Él, jugador de waterpolo, quiso ganar en una piscina del centro más vacía de lo habitual. España y Europa nadan hoy a ambos lados de la orilla de la tensión.

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