"Mientras Pablo Iglesias no sea democristiano..."

La entrevista amable de Pablo Motos a Mariano Rajoy dejó una retahíla de frases muy del estilo del presidente en funciones.

Mariano Rajoy tiene claro que no se piensa subir a un helicóptero nunca más ni aunque eso le asegure la mayoría absoluta, está seguro de que no va a haber terceras elecciones y bromea sobre la "evolución ideológica" que tiene el que según las encuestas es su principal rival en estas elecciones, Pablo Iglesias.

"Yo mientras no se declare demócrata cristiano estoy muy tranquilo", ha ironizado Rajoy tras recordar que el líder de Podemos era hace poco de extrema izquierda y después se declaró socialdemócrata.

Más que airoso ha salido Rajoy de su paso por el programa "El hormiguero" de Antena 3, en el que el jefe del Ejecutivo ha respondido algunas preguntas mientras caminaba sobre una cinta a siete kilómetros por hora y se ha reído con muchas de las cuestiones que le planteaba Pablo Motos o sus `reporteros` Trancas y Barrancas.

Rajoy, que ha `colado` buena parte de su discurso electoral, hablando de recuperación económica, pensiones, "herencia" socialista o déficit, ha asegurado que él sí que está dispuesto a hablar con Pedro Sánchez tras los comicios, y mientras Albert Rivera reclama su salida del tablero de juego para negociar, él asegura que no pedirá la dimisión del líder de Ciudadanos.

Con un rotundo "no" ha respondido sobre la posibilidad de que haya terceras elecciones. Su "intuición" le dice que eso no va a pasar e incluso espera que el "grado de irresponsabilidad de algunos" no sea, esta vez, "insuperable".

Y ha confesado que la corrupción en las filas de su partido le ha dolido mucho, mientras ponía en duda su amistad con algunos de los implicados.

Le ha tocado también a Rajoy pasar por el tema más espinoso del día, las conversaciones de Jorge Fernández Díaz con el director de la Oficina Antifraude de Cataluña. Ha dicho que su ministro no dimitirá y no ha escondido su enfado por la grabación -y posterior filtración- de esos encuentros.

El líder del PP se ha reído de sus propios fallos, esas frases a veces incomprensibles y cómicas que ha dicho en más de un mitin, como aquella interminable de "es el vecino el que elige al alcalde..."

"Por si alguien tiene alguna duda, no es el alcalde el que elige a los vecinos", ha dicho Rajoy, quien de nuevo ha repetido que no piensa volver a subirse a un helicóptero nunca más -desde el accidente que tuvo en 2005-, y que se puede vivir sin hacerlo. Ni por una mayoría absoluta volvería a pasar por ese trance.

Además, ha contado que el `teléfono rojo` de La Moncloa es negro y no lo ha usado nunca por la cantidad de "requisitos" que conlleva, que solo ha estado en el búnker cuando ha felicitado a los soldados destinados en el extranjero por Navidad y que nunca le ha pedido a alguno de sus escoltas usar la pistola, como tampoco se le ha ocurrido conducir el coche oficial.

Se ha reído mucho Mariano Rajoy cuando miembros de la comunidad latina de España decían que su himno `merengue` es "una mierda" -él ha dicho que no lo baila porque eso se lo deja a Jorge Moragas, su director de campaña, artífice de la adaptación musical-.

Incluso se ha reído abiertamente cuando un ciudadano ha dicho que si le viera "le cortaría" sus partes... O cuando un simpatizante le cantaba eso de "no pares, sigue, sigue".

No ha parado de hablar Rajoy cuando se ha subido a una cinta para demostrar que se le da bien eso de caminar rápido que hace todos los días -asegura que no ha fallado ni una sola jornada en lo que llevamos de año-.

Y mientras caminaba a marcha rápida, ha presumido de su conocimiento de los pueblos de España, esos que no ha parado de visitar en estos últimos dos años de eterna campaña.

Se ha `picado` Rajoy cuando Bernardino Lombao, el entrenador de José María Aznar, decía que el deporte que hace el líder del PP es "pasear a su perro", y le aseguraba a Pablo Motos que no se ahogaba hablando mientras hacía su marcha porque tiene "la conciencia muy tranquila".

Pues con esa conciencia se ha ido Rajoy del programa diciendo estar "totalmente de acuerdo" con el dicho de "que gane el mejor" para estas elecciones, y sonriéndose por pensar que ése será él.

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