El Ministerio de Sanidad estudia la adquisición de vacunas para la viruela del mono

Vacuna (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Vacuna (ÓSCAR PINAL).
La viruela símica apareció por primera vez en los seres humanos en 1970 en la República Democrática del Congo.

El Ministerio de Sanidad está valorando y analizando distintas opciones terapéuticas para tratar la viruela del mono, tales como antivirales y vacunas, en función de su viabilidad y efectividad.

En este sentido, la Dirección General de Salud Pública de la Consejería está a la espera del resultado de las pruebas de laboratorio y valorando el papel de la vacuna de la viruela para el control de la transmisión, así como el uso de antivirales de ser necesarios, en coordinación con la Agencia Española del Medicamento.

"Tiene que ser la vacuna que perfectamente esté indicada. La reserva de vacuna de viruela que tenemos es muy reactógena y probablemente no sea la más indicada en estos casos. En cualquier caso, hay que tomar la decisión desde la Agencia Española del Medicamento, en coordinación con las Comunidades Autónomas", explicó ayer el consejero.

En esta línea, resumió, "por un lado se valora la vacuna en el caso de que se pueda y por otro, tratamiento sintomático para aliviar" con antivirales.

Surgimiento

La viruela símica apareció por primera vez en los seres humanos en 1970 en la República Democrática del Congo (denominada en aquel entonces Zaire) en un niño de nueve años, en una región en la que la viruela se había erradicado en 1968.

Desde entonces, la mayoría de los casos notificados proceden de regiones rurales de la selva tropical de la cuenca del Congo y el África occidental, en particular de la República Democrática del Congo, donde se considera endémica. En 2017, Nigeria sufrió el mayor brote documentado, aproximadamente 40 años después de los últimos casos confirmados.

En la primavera de 2003 se confirmaron casos de viruela símica en los Estados Unidos, siendo la primera vez que se detectó la enfermedad fuera del continente africano. La mayoría de los pacientes había tenido un contacto estrecho con perros de la pradera domésticos que habían sido infectados por roedores africanos importados al país.

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