Todos los grupos políticos coincidieron ayer en que el reglamento del Congreso, vigente desde 1982, necesita una urgente puesta al día, y para ello se pusieron da trabajar en medidas para profundizar en el control del Gobierno y modernizar las anquilosadas normas que rigen el parlamento.
Entre las propuestas que han ido presentando los partidos en las últimas semanas pero que no se concretaron ayer, destaca la posibilidad de multar a los diputados que se ausenten del Congreso sin causa justificada, obligar a los diputados a fichar, limitar las vacaciones a agosto o preguntas 'sorpresa' en la sesión de control.
A la salida de la reunión, el presidente del Congreso, Jesús Posada, se mostró muy satisfecho por la actitud 'francamente buena' de todos los partidos, comenzando por el PP, que expresó un 'enorme interés' por las propuestas del resto de fuerzas políticas.
FRACASOS ANTERIORES
Pese a los fracasos de intentos anteriores, Posada expresó su 'optimismo' ante este nuevo reto y por ello ha convocado una nueva reunión de la ponencia para el próximo 17 de marzo, encuentro en el que confía pueda fijarse ya un calendario de trabajo por temas concretos. El portavoz del PP Ignacio Astarloa ha destacado el 'verdadero interés común' de todos los partidos por mejorar la labor del Congreso, adaptarla a la realidad del siglo XXI y que conecte mejor con la sociedad. En principio, dijo, no hay ninguna 'línea roja' y se puede tratar cualquier cuestión, incluido el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara.
Desde el PSOE, Pablo Martín destacó las 'buenas sensaciones' y ha considerado que los diputados son conscientes de que este es 'uno de los últimos trenes' que pueden tomar para intentar recuperar la credibilidad y el respeto de los ciudadanos.
Uno de los asuntos que frustró el último intento de reforma, en 1982, fue el uso de las lenguas oficiales, asunto al que no renuncian los partidos nacionalistas. Así, la diputada de CiU Montserrat Surroca señaló ayer que para su grupo es muy importante el poder usar el catalán y aunque son conscientes de que es una cuestión complicada, pondrán 'todo el empeño' para que 'esta vez' sí sea posible.
Lo mismo que el diputado de ERC Joan Tardá, que celebró que el PP haya prometido que acude a este debate sin líneas rojas, tampoco en el uso de las lenguas.
A la salida de la reunión, el presidente del Congreso, Jesús Posada, se mostró muy satisfecho por la actitud 'francamente buena' de todos los partidos, comenzando por el PP, que expresó un 'enorme interés' por las propuestas del resto de fuerzas políticas.
FRACASOS ANTERIORES
Pese a los fracasos de intentos anteriores, Posada expresó su 'optimismo' ante este nuevo reto y por ello ha convocado una nueva reunión de la ponencia para el próximo 17 de marzo, encuentro en el que confía pueda fijarse ya un calendario de trabajo por temas concretos. El portavoz del PP Ignacio Astarloa ha destacado el 'verdadero interés común' de todos los partidos por mejorar la labor del Congreso, adaptarla a la realidad del siglo XXI y que conecte mejor con la sociedad. En principio, dijo, no hay ninguna 'línea roja' y se puede tratar cualquier cuestión, incluido el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara.
Desde el PSOE, Pablo Martín destacó las 'buenas sensaciones' y ha considerado que los diputados son conscientes de que este es 'uno de los últimos trenes' que pueden tomar para intentar recuperar la credibilidad y el respeto de los ciudadanos.
Uno de los asuntos que frustró el último intento de reforma, en 1982, fue el uso de las lenguas oficiales, asunto al que no renuncian los partidos nacionalistas. Así, la diputada de CiU Montserrat Surroca señaló ayer que para su grupo es muy importante el poder usar el catalán y aunque son conscientes de que es una cuestión complicada, pondrán 'todo el empeño' para que 'esta vez' sí sea posible.
Lo mismo que el diputado de ERC Joan Tardá, que celebró que el PP haya prometido que acude a este debate sin líneas rojas, tampoco en el uso de las lenguas.
