Un niño de tres años falleció ayer por la tarde en Santa Cruz de Tenerife tras sufrir la mordedura en el cuello de un perro de raza pitbull. El perro es propiedad del padre del niño y el ataque se produjo en el interior de la vivienda familiar, ubicada en el barrio de La Gallega, cuando estaba en los brazos de la madre. El menor fue trasladado rápidamente al Hospital Universitario de Nuestra Señora de La Candelaria, pero falleció posteriormente.
El perro fue trasladado al albergue comarcal Valle Colino en Santa Cruz de Tenerife, donde precisamente había sido adoptado. Allí, según su portavoz, Fernando Nabal, el animal será 'aislado' a la espera de que un juez se pronuncie sobre el caso. 'El perro ya está aquí', confirmó Nabal, quien describió al animal como 'fuerte y voluminoso' y cuyo peso puede superar los 20 kilogramos. Previamente, el animal había sido custodiado por la Policía Local en el interior de la vivienda mientras los padres del menor lo trasladaron al hospital.
El presidente de la asociación protectora de animales El Refugio, Nacho Paunero, lamentó el 'terrible acontecimiento' y remarcó que se trata de un caso puntual, ya que, según él, hay 'montones de pitbull' y otros perros de los considerados de raza peligrosa que conviven en viviendas con familias y 'normalmente no pasa nada'. Recomendó un estudio de las causas del suceso, las condiciones de vida del animal y de la vivienda así como el trato que se le daba porque, según Paunero, en muchas ocasiones 'ahí está el origen' del incidente. Por eso pidió que en vez de sacrificar al can se haga una investigación y una valoración del pitbull y de la familia con la que convivía.
El presidente de la asociación protectora de animales El Refugio, Nacho Paunero, lamentó el 'terrible acontecimiento' y remarcó que se trata de un caso puntual, ya que, según él, hay 'montones de pitbull' y otros perros de los considerados de raza peligrosa que conviven en viviendas con familias y 'normalmente no pasa nada'. Recomendó un estudio de las causas del suceso, las condiciones de vida del animal y de la vivienda así como el trato que se le daba porque, según Paunero, en muchas ocasiones 'ahí está el origen' del incidente. Por eso pidió que en vez de sacrificar al can se haga una investigación y una valoración del pitbull y de la familia con la que convivía.
