La Policía desarticula una banda de rumanos que robaba a ancianos que volvían del banco

- Los engañaban con una falsa amabilidad, e intentaban quitarles el dinero 'al descuido', pero si era necesario no dudaban en emplear la violencia
'Lo siento muchísimo, le acabo de manchar', '¿Le ayudo con la bolsa?', 'Le acompaño al ascensor, que hoy en día hay muchos peligros...' Con estas frases aparentemente inocentes, una banda de ciudadanos rumanos se acercaba a ancianos que volvían a sus domicilios tras sacar dinero del banco, y les robaban. Si era necesario, no dudaban en emplear la violencia. Residían en La Rioja, pero se desplazaban por varias provincias para llevar a cabo los hurtos. Por el momento, se les acusa de diez robos, pero la Policía ha advertido de que podría haber más casos, porque en ocasiones los ancianos no presenten denuncia. Dos de los detenidos estaban planeando huir a Francia para escapar de la Policía.

La Policía Nacional ha detenido a los seis miembros de una banda de ciudadanos rumanos que robaba a ancianos. Los arrestados residían en La Rioja, pero se desplazaban por toda España para robar a personas mayores. Tras 'marcarlos' en las sucursales bancarias, los seguían hasta su casa para quitarles el dinero que acababan de retirar. Allí, se ofrecían a ayudarles con la bolsa de la compra, o a acompañarles al ascensor, y en muchas ocasiones las víctimas ni siquiera se daban cuenta de que les habían robado.

Los arrestos se han producido en Logroño y Pamplona. La banda residía en La Rioja, pero se desplazaba a otras comunidades del norte peninsular como Castilla y León, País Vasco, Navarra o Cantabria. Su prioridad era pasar desapercibidos para 'marcar' a las víctimas en el interior de las sucursales y seguirlas de vuelta hasta el portal de acceso a sus viviendas.

En un comunicado, la Policía ha explicado que en ocasiones las personas de edad avanzada no denuncian este tipo de delitos, porque pueden incluso no darse cuenta de que se les ha robado el dinero. Para acercarse a sus víctimas, y ganarse su confianza, la banda empleaba excusas como 'Lo siento muchísimo, le acabo de manchar', '¿Le ayudo con la bolsa?' o 'Le acompaño al ascensor, que hoy en día hay muchos peligros'.

La investigación comenzó en Pamplona. Los agentes de la capital navarra recibieron la información de que una persona de edad avanzada había sufrido un robo cuando regresaba a su domicilio tras realizar un reintegro en su entidad bancaria. A partir de los datos que proporcionó la investigación, los agentes averiguaron que se trataba de un grupo de individuos de origen rumano que cometían hurtos al descuido, y que en ocasiones utilizaban la violencia e intimidación contra víctimas vulnerables.

Para no ser descubiertos por la Policía, el grupo actuaban con una gran movilidad geográfica para tratar de dificultar una eventual investigación policial. De esta manera, se desplazaban desde su asentamiento en Logroño hasta Pamplona, Burgos, Santander, Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Miranda de Ebro o Calahorra para cometer los robos.

SUCURSALES AMPLIAS CON POCOS EMPLEADOS

La banda de organizaba en células de dos o tres miembros, que se intercambiaban a menudo para dificultar su identificación. Buscaban sucursales amplias con un número reducido de empleados, y una vez que las localizaban el grupo se dividía entre el interior y el exterior del banco. En el interior, seleccionaban a su objetivo, que eran normalmente personas vulnerables o de avanzada edad, y observaban el lugar exacto donde se guardaba el dinero que había retirado. En ese momento, y mediante discretos sistemas, comunicaban a los que estaban en el exterior dónde se había guardado el dinero la víctima.

Una vez ya en la calle, seguían a la víctima hasta el portal de acceso a su vivienda. Allí, mientras unos la distraían, los otros le robaban el dinero. En un primer momento, intentaban hacerse con el dinero 'al descuido', mediante distracciones, para que la víctima no lo notara, pero si no llegaban a conseguirlo no dudaban en utilizar la violencia para conseguir el dinero.

Los investigadores han desarticulado el grupo y han detenido a seis personas, cuatro de ellas en Logroño y otras dos en Pamplona. Por el momento se les imputan diez hechos delictivos, pero la operación sigue abierta y los agentes continúan las investigaciones para determinar si han cometido otros hechos similares. Entre los efectos intervenidos, se encuentran 2.300 euros en efectivo, más de 30 teléfonos móviles y varias cámaras de fotos.

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