Alrededor de 2.800 ultras de carácter violento han sido identificados por la Policía en toda España, unos 800 neonazis frente a 2.000 integrantes de grupos antisistema, bandas de extrema izquierda que, según los expertos policiales, tienen conexiones claras con el entorno de Batasuna. A estos casi 3.000 integrantes de bandas violentas de diferente ideología hay que sumar los activistas de la kale borroka en el País Vasco y en Navarra, de los que algunos grupos copian los métodos de agitación y violencia.
La Policía tiene identificados a unos 2.800 ultras de carácter violento en toda España, unos 800 neonazis frente a 2.000 integrantes de grupos antisistema, bandas de extrema izquierda que, según los expertos policiales, tienen conexiones claras con el entorno de Batasuna. A estos casi 3.000 integrantes de bandas violentas de diferente ideología hay que sumar los activistas de la kale borroka en el País Vasco y en Navarra, de los que algunos grupos copian los métodos de agitación y violencia callejera.
La Policía tiene constancia de que incluso algunos cabecillas de la kale borroka se han desplazado a Madrid para impartir cursillos sobre técnicas de violencia callejera y fabricación de artefactos explosivos.
Además, los expertos consideran mucho más violentos a los miembros de los grupos antifascistas que a los de corte nazi que, salvo casos aislados, no suelen provocar incidentes. Ponen como ejemplo el asesinato el pasado domingo del joven Carlos Javier P. en la estación de Metro de Legazpi en Madrid, cometido por un individuo aislado y sin que mediara un enfrentamiento previo entre bandas de distinta ideología.
Apenas hay condenas
De hecho, en las cárceles españolas apenas hay media docena de reclusos condenados por su pertenencia a bandas ultras, número que, no obstante, crece de forma exponencial cuando el motivo de la pena es un delito común cometido por un miembro de estas bandas.
La gran mayoría de los agentes destinados al control de estas bandas ddican buena parte de sus esfuerzos a combatir la violencia en el deporte.
Según el último informe sobre la Xenofobia Ultra elaborado por el Movimiento contra la Intolerancia, en España operan decenas de grupos de ultraderecha o neonazis, responsables de casi 4.000 agresiones al año contra inmigrantes, homosexuales o indigentes en más de 200 localidades de toda España.
El Movimiento contra la Intolerancia ha detectado hasta 100 páginas web de contenido racista y unas 70 bandas de música que defienden en sus canciones lemas racistas o xenófobos. En total, calcula que la extrema derecha puede aglutinar a unos 10.000 seguidores ultras.
El joven fallecido en Madrid el pasado fin de semana eleva a ocho el número de muertos a manos de grupos radicales, ultras, skin heads o neonazis en España desde 1991, año en el que un travesti fue atacado mortalmente en Barcelona.
El movimiento de los skin heads o cabezas rapadas nació en el Reino Unido en 1969 y en principio estaba formado por jóvenes amantes de la música Ska, introducida en el Reino Unido por emigrantes de origen jamaicano.
Con el paso de los años, el movimiento se radicalizó y giró en torno a la extrema derecha, el nazismo y la xenofobia, tal y como lo conocemos en España.
En contraposición a estas ideas racistas, a principios de los años 80 surgió la corriente de los Sharp, también conocidos como Red-skin y que ideológicamente comulgan con la extrema izquierda y con movimientos antisistema y okupa.
La Policía tiene constancia de que incluso algunos cabecillas de la kale borroka se han desplazado a Madrid para impartir cursillos sobre técnicas de violencia callejera y fabricación de artefactos explosivos.
Además, los expertos consideran mucho más violentos a los miembros de los grupos antifascistas que a los de corte nazi que, salvo casos aislados, no suelen provocar incidentes. Ponen como ejemplo el asesinato el pasado domingo del joven Carlos Javier P. en la estación de Metro de Legazpi en Madrid, cometido por un individuo aislado y sin que mediara un enfrentamiento previo entre bandas de distinta ideología.
Apenas hay condenas
De hecho, en las cárceles españolas apenas hay media docena de reclusos condenados por su pertenencia a bandas ultras, número que, no obstante, crece de forma exponencial cuando el motivo de la pena es un delito común cometido por un miembro de estas bandas.
La gran mayoría de los agentes destinados al control de estas bandas ddican buena parte de sus esfuerzos a combatir la violencia en el deporte.
Según el último informe sobre la Xenofobia Ultra elaborado por el Movimiento contra la Intolerancia, en España operan decenas de grupos de ultraderecha o neonazis, responsables de casi 4.000 agresiones al año contra inmigrantes, homosexuales o indigentes en más de 200 localidades de toda España.
El Movimiento contra la Intolerancia ha detectado hasta 100 páginas web de contenido racista y unas 70 bandas de música que defienden en sus canciones lemas racistas o xenófobos. En total, calcula que la extrema derecha puede aglutinar a unos 10.000 seguidores ultras.
El joven fallecido en Madrid el pasado fin de semana eleva a ocho el número de muertos a manos de grupos radicales, ultras, skin heads o neonazis en España desde 1991, año en el que un travesti fue atacado mortalmente en Barcelona.
El movimiento de los skin heads o cabezas rapadas nació en el Reino Unido en 1969 y en principio estaba formado por jóvenes amantes de la música Ska, introducida en el Reino Unido por emigrantes de origen jamaicano.
Con el paso de los años, el movimiento se radicalizó y giró en torno a la extrema derecha, el nazismo y la xenofobia, tal y como lo conocemos en España.
En contraposición a estas ideas racistas, a principios de los años 80 surgió la corriente de los Sharp, también conocidos como Red-skin y que ideológicamente comulgan con la extrema izquierda y con movimientos antisistema y okupa.