El Príncipe supervisa un simulacro contra la piratería en el Índico

Foto: EFE
El Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, ha supervisado en Cartagena, varios ejercicios realizados por la Fuerza de Guerra Naval Especial en aguas de la ciudad portuaria, en las que se recreó un rescate de rehenes en un barco supuestamente apresado por piratas y otra maniobra para abortar su huida, en el simulacro de los operativos de la Operación Atalanta, en el Océano Índico.
Su Alteza Real llegó en helicóptero al acuartelamiento sobre las 10.30 horas, donde fue recibido por el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, Manuel Rebollo; el Comandante Jefe de Infantería de Marina, Pablo Bermudo; y el Coronel Jefe de la Fuerza de Guerra Naval Especial, Javier Helfelder. Posteriormente, compartió más de media hora con miembros de esta fuerza que le explicaron su funcionamiento y atendieron sus preguntas.

A continuación, Don Felipe de Borbón asistió a un total de tres ejercicios llevado a cabo por 25 miembros de esta destacamento de élite, apoyados por dos helicópteros. El primero consistió en el mencionado abordaje de un barco con rehenes, que fue liberado por la acción combinada de dos lanchas con tropas y un helicóptero, desde el que se descolgaron más soldados.

Una misión muy similar fue la que permitió liberar recientemente un buque alemán, parte de cuya tripulación se había refugiado en un compartimento estanco o santuario. Lo hizo un contingente holandés, según fuentes de la Armada.

En el simulacro de hoy, un tirador de precisión culminó la operación al acertarle a un blanco que simbolizaba el motor de una lancha en la que los piratas se daban a la fuga.

A continuación, dos unidades de paracaidistas lanzadas desde un helicóptero lograron dos objetivos distintos. El primero era mantener una navegación submarina con comunicación por circuito cerrado hasta un punto, movimiento cuya aplicación puede ser desde volar una embarcación sin ser descubierto hasta abordarla; mientras que la segunda meta, volar un objetivo frente a una playa cercana, también se cumplió.

El simulacro, seguido con atención por el Príncipe de Asturias, forma parte del entrenamiento de la citada fuerza de guerra naval, formada por 150 efectivos y que se creó en 2009 al fusionar la Armada su Unidad de Operaciones Especiales con la Unidad Especial de Buceadores de Combate.

Sus miembros reciben un entrenamiento específico de tres meses, coordinado con el aprendizaje de paracaidismo, otro de buceo y entre dos y tres semanas de instrucción en el manejo de plataformas.

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