TENSIONES INTERNAS

El PSN traslada a Rubalcaba su enfado por el veto navarro

La reunión entre el líder del PSOE y Roberto Jiménez evidenció las diferencias en el seno del partido.

El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el del PSN, Roberto Jiménez, se vieron las caras ayer en Madrid en una tensa reunión en la que el navarro le reprochó su actitud de vetar la moción de censura contra Yolanda Barcina y colocar al partido en una "posición muy delicada".

Tanto la Ejecutiva como el Comité Regional acataron el veto de Ferraz, pese a discrepar con el mismo, y Jiménez se negó a dimitir, como le habían pedido algunos de sus compañeros.

Jiménez reprochó la "actitud" de Rubalcaba, que desde el primer momento, junto con la vicesecretaria general, Elena Valenciano, dejó claro que su partido no iría con Bildu "ni a la vuelta de la esquina", aunque también dijo que no consentiría que la izquierda abertzale les impidiera "hacer política".

El líder navarro, le recordó esas palabras y reiteró que el PSN no tenía intención de pactar nada con Bildu, que no hay manera de no aceptar sus votos en el Parlamento porque es un partido legal con representación institucional y que la idea era convocar elecciones el 25 de mayo.

Por su parte, el PSOE asegura en un comunicado que Rubalcaba y Jiménez coincidieron en la situación de "ingobernabilidad" de Navarra y en culpar a Barcina de esa "agonía", que "sólo perjudica a los ciudadanos navarros". Así, el PSOE y el PSN inciden en que Barcina se está escudando en que los socialistas no quieren hacer política con Bildu para mantenerse en el cargo, aún sabiendo el "daño" que está haciendo a la comunidad.

De no acatar la orden de Ferraz, el PSN se arriesgaba a una sanción que podía llevar incluso a la disolución de la Ejecutiva regional y la creación de una gestora, con la expulsión del partido de aquellos que respaldasen la moción.

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