El equipo de antropólogos forenses de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que elaboró el último informe sobre los restos hallados en Las Quemadillas confirmó ayer que los huesos están 'muy deteriorados', que son 'inequívocamente humanos' y que pertenecen a dos niños.
Así lo afirmó el director de la Escuela de Medicina Legal y Forense de la UCM y experto en odontología forense, Bernardo Perea, en una rueda de prensa en la que dio a conocer las conclusiones del dictamen pericial de los restos encargado a esta universidad por el juez de instrucción número 4 de Córdoba, José Luis Rodríguez Lainz.
Además, José Bretón, declarará el próximo 12 de septiembre tras el último auto en el que el juez imputa al progenitor dos delitos de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco. En el auto, el magistrado argumenta que Bretón, 'tras matar a sus dos hijos, lo más probablemente al llegar a la parcela', y sin que se pueda establecer la forma en la que lo hizo, 'trató de hacer desaparecer sus cadáveres quemándolos en lo que diseñó como un auténtico horno'.
Asimismo, el informe dictamina que los restos óseos corresponden a dos personas que, 'por sus características métricas y morfológicas', pertenecen a dos menores. 'Uno claramente en torno a los seis años y otro que presentaba un grado de maduración menor, en el que los indicios sitúan en torno a los dos años', dijo el doctor, antes de subrayar que en este último caso los huesos están 'más deteriorados'.
Por ello, 'no hay datos para determinar el sexo' ni para discernir 'el mecanismo de la muerte', al tiempo que ve 'improbable extraer de los restos material de ADN que permita identificar si los huesos son de los hermanos Ruth y José.
El doctor Perea también dijo que se perdieron muchos huesos en la cremación, especialmente dientes y huesos que corresponderían al menor de los cuerpos y tampoco puede extraerse del análisis de los huesos que los cuerpos fueran quemados vivos o muertos.
Además, José Bretón, declarará el próximo 12 de septiembre tras el último auto en el que el juez imputa al progenitor dos delitos de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco. En el auto, el magistrado argumenta que Bretón, 'tras matar a sus dos hijos, lo más probablemente al llegar a la parcela', y sin que se pueda establecer la forma en la que lo hizo, 'trató de hacer desaparecer sus cadáveres quemándolos en lo que diseñó como un auténtico horno'.
Asimismo, el informe dictamina que los restos óseos corresponden a dos personas que, 'por sus características métricas y morfológicas', pertenecen a dos menores. 'Uno claramente en torno a los seis años y otro que presentaba un grado de maduración menor, en el que los indicios sitúan en torno a los dos años', dijo el doctor, antes de subrayar que en este último caso los huesos están 'más deteriorados'.
Por ello, 'no hay datos para determinar el sexo' ni para discernir 'el mecanismo de la muerte', al tiempo que ve 'improbable extraer de los restos material de ADN que permita identificar si los huesos son de los hermanos Ruth y José.
El doctor Perea también dijo que se perdieron muchos huesos en la cremación, especialmente dientes y huesos que corresponderían al menor de los cuerpos y tampoco puede extraerse del análisis de los huesos que los cuerpos fueran quemados vivos o muertos.
