Reconoció que su partido no es aún una aternativa de gobierno y que acelerará su renovación

Rubalcaba descarta dimitir y dice que agotará su mandato

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante la rueda de prensa. (Foto: J.J GUILLÉN)
El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, descartó ayer dimitir tras los malos resultados electorales del pasado domingo y aseguró que seguirá en el cargo 'hasta el final' de su mandato, en 2016, aunque pisará el 'acelerador' para la renovación programática de su partido, que admitió no es aún una alternativa de gobierno.
Rubalcaba, con una inusitada expectación mediática, que hizo que se ocupara todo el aforo de la sala de prensa del Congreso, compareció públicamente tres días después de los comicios en Galicia y el País Vasco durante los que guardó silencio a pesar de que algunas voces del partido le responsabiliazaron del fracaso electoral y le pidieron una reflexión profunda sobre sus causas.

'No, no he pensado en dimitir', respondió tajante al ser preguntado sobre si se le pasó por la cabeza abandonar su responsabilidad, para argumentar a continuación que sus compañeros le eligieron hace ocho meses para recuperar la confianza de los ciudadanos y él va a cumplir con su compromiso 'hasta el final'. Por eso, el final de su mandato será en 2016, ha recalcado, pero declinó desvelar si eso incluirá su presentación como candidato de nuevo a las elecciones generales, en principio previstas para 2015.

Ese asunto, según subrayó en varias ocasiones, 'no toca ahora', y 'haría muy mal y sería un irresponsable' si estuviera pensando en renovar o no como cartel electoral del PSOE cuando a los ciudadanos les preocupan otras cosas. Tampoco le pidió directamente la dimisión ningún compañero de partido, sostuvo Rubalcaba, quien aseguró estar abierto a escuchar cualquier crítica o aportación que le llegue.


FRACASO ELECTORAL

Con todo, quiso dejar claro que tras la derrota del 21-O los socialistas tienen que reflexionar a fondo sobre qué hicieron bien y qué hicieron mal, y además hacerlo rápidamente, porque esta legislatura es distinta a las otras y los acontecimientos se acumulan, hasta el punto de que el PSOE se ve obligado a hacer oposición y, a la vez, construir una alternativa al Gobierno del PP. A su entender, la no visualización de esa alternativa es la que llevó al fracaso electoral, especialmente en Galicia, donde todas las encuestas apuntaban a que los gallegos querían un cambio, pero no encontraron el instrumento político para canalizarlo.

A su juicio, en eso influyó tanto la situación del PSOE como la de la política gallega, y no tanto el recuerdo del anterior bipartito. También cree que, aunque no se refleje electoralmente, el PP perdió en Galicia su 'mayoría social' y por eso espera que el Gobierno no interprete su victoria en las urnas como aval a sus políticas

En cuanto al País Vasco, calificó de 'aceptable' para el PSE el resultado, pese a reconocer que le hubiese gustado que la 'magnífica gestión' de Patxi López fuese premiada 'algo mejor'. En Euskadi, subrayó que estas eran además las primeras elecciones sin la amenaza de ETA y, en ambos casos, recordó además que no son los peores resultados de la historia para el PSOE, aunque eso no le consuele. Rubalcaba consideró que el PSOE tiene que ofrecer con urgencia esa alternativa con un discurso realista, creíble y que conecte con los sentimientos de la izquierda, aún siendo consciente de que también 'hace falta que la gente esté dispuesta a escucharla'. 'Y eso requiere tiempo y confianza'.

En clave autonómica, asumió la responsabilidad que como secretario general le corresponde en el batacazo electoral y afirmó que siempre va a dar la cara, 'para lo bueno y para lo malo'.

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