Santiago Abascal: “Vox no es un coche escoba para el Partido Popular”

Santiago Abascal, en una intervención en el Congreso.
photo_camera Santiago Abascal, en una intervención en el Congreso.
Defiende la línea de Castilla y León aunque destaca los complejos del PP

Santiago Abascal (Bilbao, 1976) vive cómodo en el mundo de etiquetas en el que se mueve hoy la política española. Le da exactamente igual que desde la izquierda se les catalogue como ultras. Esa no es su batalla, y lo sostiene sobre los 3,6 millones de votos que Vox obtuvo en 2019. A pocas semanas de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo y en la recta final de la legislatura, el líder del tercer partido político en España no teme que una lista conjunta de Sumar y Podemos pueda disputarle esa plaza en las generales; más bien al contrario. 

Acompañado de su imagen al lado de uno de los leones del Congreso, y ante una fotografía de su padre, el presidente de Vox desde su fundacion en 2014, es el protagonista de una amplia entrevista publicada el lunes en ABC, entrevista en la que el político bilbaíno advierte de los miedos y complejos que dice advertir en el nuevo PP liderado por Alberto Núñez Feijóo, partido al que insta a diferenciar claramente las líneas abiertas en Castilla y León -“Gobierno que está siendo razonable”-, Extremadura o Aragón. “En Vox -alega en la entrevista a Juan Fernández Miranda en ABC- hay una posición; por lo tanto, tendremos que dejar que los nuestros negocien con los distintos líderes del Partido Popular, que parece que tienen posiciones distintas”.

Sin negociación

“Vox no es un coche escoba del Partido Popular. Vox representa a muchos españoles, algunos de los cuales se habían sentido traicionados por el Partido Popular, otros no votaban, otros son jóvenes  que votan por primera vez, incluso algunos vienen de la izquierda... Nosotros representamos a esos españoles, nosotros no los recogemos porque estén decepcionados ni vamos a entregárselos a otro partido”. Asume así que después del 28 M no habrá negociación nacional con el PP, culpa de ello a Feijóo y tiene muy claro su diagnóstico.  “En el PP no hay prevenciones, hay miedos, hay miedos por todas partes y hay complejos. La izquierda está acusando al PP de ser la ultraderecha y a Vox de ser la ultra-ultraderecha. Yo creo que en el PP no se dan cuenta de que si no estuviésemos, la ultraderecha serían ellos. Yo no tengo esa preocupación, creo que los españoles distinguen muy bien los discursos y las ofertas de los partidos políticos y no se dejan llevar por las etiquetas”.

Se declara Abascal “completamente satisfecho” del resultado de la reciente y fallida moción de censura, y de haber como añade “retratado” al Gobierno. “Cumplimos con nuestra obligación… y lo hicimos proponiendo un candidato que no pensaba exactamente como nosotros. Estamos más que satisfechos -asegura- de haber podido dar la palabra a un hombre que representaba una época de concordia en la política española y que denunció algo que hemos denunciado habitualmente en el Parlamento, lo intolerable de los discursos castristas del presidente del Gobierno”. “En España -continúa-, en el Parlamento no hay debate, sólo hay monólogos del presidente del Gobierno”.

Ante el 28M no se muestra en absoluto preocupado por una supuesta candidatura conjunta de Sumar y Podemos y habla con claridad de que el objetivo no es otro que “dar representación al mayor número de españoles posible”, algo para lo que dice, y se muestra totalmente convencido de ello, “aspiramos a ser determinantes como alternativa al socialismo  y al comunismo”.

“Meloni y yo ni tenemos cuernos, ni mordemos”

No se esconde el líder de Vox en sus críticas al Gobierno de Pedro Sánchez, del que dice “no tiene ningún escrúpulo, ha mentido a los españoles, ha traicionado  a su propio electorado, ha asaltado las instituciones independientes, ha destruido la separación de poderes…”, considerando además a su presidente como “absolutamente responsable del ‘sólo sí es sí’ y de todas las fechorías que el Gobierno cometa”.

Se confiesa prudente y aconseja no dejarse llevar nunca por la soberbia -”hay que hablar cuando hay que hablar, a la gente no hay que aburrirla”-; al tiempo que analiza sin ambages una política internacional en la que opta sin embargo por marcar distancias. Se detiene, eso sí, en el que que defiende como “pragmatismo” de la italiana Giorgia Meloni. “A veces se hace una caricatura de un dirigente, como en España se hace de nosotros, y luego pues se ve que ni tenemos cuernos, ni rabo, ni mordemos… Ese pragmatismo es el mismo que tenemos nosotros y hemos demostrado en Castilla y León. Creemos que es un modelo, una alternativa, y se la ofrecemos a los españoles”.

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