Sortu rechaza los proyectos de acciones violentas etarras que salieron a la luz en los últimos días, entre los que se encuentra un potencial atentado contra el lehendakari. Eso sí, siempre 'desde el respeto a la presunción de inocencia que a todo ciudadano le corresponde como pilar fundamental de un Estado de Derecho'.
Por ende, y ciñéndose al espíritu de rechazo a 'los actos de violencia y coacción' que dice tener, también denuncia las acciones que se produjeron la semana pasada en Vitoria y Portugalete, 'con independencia de su autoría'. Se refería a los actos que Interior del Gobierno vasco atribuyó a la kale borroka y a la amenaza que recibió Juan Carlos Castaño, candidato del PP a la Alcaldía de la localidad vizcaína, a través de pintadas.
Junto a ello, la formación de izquierdas añade que está preocupada 'ante las nuevas y graves denuncias de episodios de tortura y el mantenimiento de la persecución política y judicial contra militantes independentistas'. Sortu insiste en que su oposición a la violencia 'no se efectúa desde posiciones de equidistancia entre distintas vulneraciones de derechos humanos, sino desde el repudio de todas y cada una de ellas'. Añade que esa oposición es estratégica y definitiva y que en ella se incluye 'abiertamente y sin ambages', la censura a ETA.
RECLAMA SU LEGALIZACIÓN
El nuevo grupo aprovecha para defender su legalización. De hecho, dice que 'no entiende' la postura de la Abogacía del Estado y la Fiscalía en relación a su inscripción en el Registro de Partidos, suspendida cautelarmente por el Tribunal Supremo.
Sortu se separa, de nuevo, de otras organizaciones: 'No hemos nacido para dar continuidad organizativa ni funcional a partidos ilegalizados, sino para dar vida a una formación política con principios y compromisos que son un punto de inflexión en la trayectoria de la izquierda abertzale'.
En la misma línea, el comunicado subraya: 'Nuestra formación política supone una ruptura con organizaciones del pasado, tanto por los principios y compromisos democráticos asumidos en nuestros estatutos, como por el modelo de organización y funcionamiento de la nueva estructura política'.
El texto hace hincapié sobre el derecho de 'los sectores independentistas y socialistas de la sociedad vasca' a encauzar su proyecto político.
Sortu se define como representante de 'un nuevo proyecto político y organizativo para una nueva fase en Euskal Herria, con el objetivo de alcanzar y consolidar la paz, la justicia y la democracia'. De nuevo, menciona la oposición a la violencia y dice querer 'comprometerse en ese anhelo común de la sociedad vasca, para que nadie ni nunca utilice la violencia en la defensa o apoyo de ideas o proyectos políticos'.
Los miembros de la nueva agrupación sostienen que tienen derecho a la legalidad... 'porque cumplimos la Ley de Partidos en todos sus términos, así como las interpretaciones que de ella realizó el Tribunal Supremo.
Junto a ello, la formación de izquierdas añade que está preocupada 'ante las nuevas y graves denuncias de episodios de tortura y el mantenimiento de la persecución política y judicial contra militantes independentistas'. Sortu insiste en que su oposición a la violencia 'no se efectúa desde posiciones de equidistancia entre distintas vulneraciones de derechos humanos, sino desde el repudio de todas y cada una de ellas'. Añade que esa oposición es estratégica y definitiva y que en ella se incluye 'abiertamente y sin ambages', la censura a ETA.
RECLAMA SU LEGALIZACIÓN
El nuevo grupo aprovecha para defender su legalización. De hecho, dice que 'no entiende' la postura de la Abogacía del Estado y la Fiscalía en relación a su inscripción en el Registro de Partidos, suspendida cautelarmente por el Tribunal Supremo.
Sortu se separa, de nuevo, de otras organizaciones: 'No hemos nacido para dar continuidad organizativa ni funcional a partidos ilegalizados, sino para dar vida a una formación política con principios y compromisos que son un punto de inflexión en la trayectoria de la izquierda abertzale'.
En la misma línea, el comunicado subraya: 'Nuestra formación política supone una ruptura con organizaciones del pasado, tanto por los principios y compromisos democráticos asumidos en nuestros estatutos, como por el modelo de organización y funcionamiento de la nueva estructura política'.
El texto hace hincapié sobre el derecho de 'los sectores independentistas y socialistas de la sociedad vasca' a encauzar su proyecto político.
Sortu se define como representante de 'un nuevo proyecto político y organizativo para una nueva fase en Euskal Herria, con el objetivo de alcanzar y consolidar la paz, la justicia y la democracia'. De nuevo, menciona la oposición a la violencia y dice querer 'comprometerse en ese anhelo común de la sociedad vasca, para que nadie ni nunca utilice la violencia en la defensa o apoyo de ideas o proyectos políticos'.
Los miembros de la nueva agrupación sostienen que tienen derecho a la legalidad... 'porque cumplimos la Ley de Partidos en todos sus términos, así como las interpretaciones que de ella realizó el Tribunal Supremo.
