La Dirección General de Tráfico (DGT) elaborará en breve planes de seguridad vial para diez municipios -Gijón, Granada, Córdoba, Avila, Guadalajara, Mérida, Fuenlabrada, Puertollano, Cudillero y La Laguna- con el fin de mejorar su circulación y sobre todo frenar la siniestralidad. Es una de las reclamaciones que plantearon los ayuntamientos en el primer Encuentro de las Ciudades para la Seguridad Vial, que concluyó ayer en Gijón: que Tráfico les ayude a conseguir una movilidad segura en sus calles.
Tráfico diseñará planes de seguridad vial para las ciudades con el fin de frenar su siniestralidad y mejorar la circulación, y comenzará a hacerlo en diez municipios: Gijón, Granada, Córdoba, Avila, Guadalajara, Mérida, Fuenlabrada, Puertollano, Cudillero y La Laguna. Eso es lo que ha transmitido el director general de Tráfico, Pere Navarro, a los asistentes al primer Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial, que se ha clausurado hoy en Gijón, y al que han asistido más de 650 técnicos de distintos sectores que han planteado numerosas propuestas para reducir la siniestralidad en los municipios.
Tráfico se ha comprometido con las ciudades porque las cifras no dejan lugar a dudas de la necesidad de estos planes, según ha señalado Navarro, que ha recordado que el año pasado se registraron más de 49.000 siniestros con víctimas en los que murieron 634 personas.
La DGT firmará un acuerdo con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para desarrollar en principio estas diez experiencias piloto con el propósito de extenderlas al resto de ciudades.
Tráfico ayudará a elaborar una serie de líneas de actuación para una movilidad segura en las calles de las ciudades y además redactará una ordenanza municipal-tipo para favorecer la circulación y la seguridad en las mismas.
Centro de referencia Los ayuntamientos han pedido además a Navarro que se cree un centro de referencia de seguridad vial y movilidad para las ciudades, en el que se marquen una serie de normas técnicas sobre líneas de actuación e infraestructuras. Tienen toda la razón, afirmó Navarro, convencido de que los responsables públicos tienen la obligación de garantizarla. Para ello, según los ayuntamientos, hay que apostar por el transporte público sobre el privado, hacer un uso racional del automóvil y promover el transporte en bicicleta. Hay que hacer carriles bici segregados, matizó Navarro.
Paso de peatones que envía una señal al semáforo
El Instituto de Biomecánica de Valencia diseñó un paso de peatones inteligente que, a través de unos sensores, envía una señal al semáforo para que se adapte a la presencia y al paso de los viandantes. La tecnología fue presentada en Gijón en el I Encuentro de las Ciudades para la Seguridad Vial por el director de Ambito Hábitat y Construcción, Tomás Zamora y ya se ha instalado en un paso de cebra en Castellón que actúa como prueba de la iniciativa.
Los sensores, ubicados bajo una baldosa, son capaces de detectar la presencia de una persona e interpreta si la persona está en movimiento o a la espera para cruzar.
Esta información, explicó Zamora, es transmitida a los semáforos, que se ponen en verde hasta que el peatón termine de cruzar, ya que también detectan su paso por el cruce y mantienen el color.
Petición de más zonas de tráfico lento y peatonales
Para una movilidad segura también es necesario, según los asistentes a este Congreso, promover las zonas de velocidad restringida a 30 kilómetros por hora -cuestión que apoya la DGT-, y que sean visibles para el conductor. La DGT cree que los ayuntamientos deben tener como prioridad a la hora de reducir la siniestralidad en las ciudades, que tiene como principales víctimas a los peatones y motoristas, las zonas 30, aquellas en las que se circula a 30 kilómetros por hora, que afectan al 80 por ciento de las calles.
De momento, las ciudades consideran necesario que se tienda a que el 50 por ciento de sus vías urbanas sean zonas tranquilas, saludables y seguras, mediante la implantación de espacios peatonales y zonas de tráfico lento (con circulación inferior a los 30 kilómetros por hora) o de coexistencia.
A ello se han comprometido los asistentes al encuentro en una declaración de principios para la Ciudad, Convivencia y Seguridad Vial.
La Declaración de Gijón 2009 comienza con el compromiso de actuar colectivamente para reducir la accidentalidad vial urbana y los impactos humanos, sociales y económicos que se derivan. Se hace imprescindible, en su opinión, medir los posibles efectos negativos del diseño de las infraestructuras y del mobiliario urbano para proteger a los colectivos más vulnerables, los peatones, ciclistas y personas con movilidad reducida.
Las víctimas también estuvieron presentes en estas jornadas, en las que plantearon la conveniencia de mejorar la atención y la información para con ellas y sus familiares, y han instado a las administraciones competentes para que implanten un estándar de respuesta al accidente.
Tráfico se ha comprometido con las ciudades porque las cifras no dejan lugar a dudas de la necesidad de estos planes, según ha señalado Navarro, que ha recordado que el año pasado se registraron más de 49.000 siniestros con víctimas en los que murieron 634 personas.
La DGT firmará un acuerdo con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para desarrollar en principio estas diez experiencias piloto con el propósito de extenderlas al resto de ciudades.
Tráfico ayudará a elaborar una serie de líneas de actuación para una movilidad segura en las calles de las ciudades y además redactará una ordenanza municipal-tipo para favorecer la circulación y la seguridad en las mismas.
Centro de referencia Los ayuntamientos han pedido además a Navarro que se cree un centro de referencia de seguridad vial y movilidad para las ciudades, en el que se marquen una serie de normas técnicas sobre líneas de actuación e infraestructuras. Tienen toda la razón, afirmó Navarro, convencido de que los responsables públicos tienen la obligación de garantizarla. Para ello, según los ayuntamientos, hay que apostar por el transporte público sobre el privado, hacer un uso racional del automóvil y promover el transporte en bicicleta. Hay que hacer carriles bici segregados, matizó Navarro.
Paso de peatones que envía una señal al semáforo
El Instituto de Biomecánica de Valencia diseñó un paso de peatones inteligente que, a través de unos sensores, envía una señal al semáforo para que se adapte a la presencia y al paso de los viandantes. La tecnología fue presentada en Gijón en el I Encuentro de las Ciudades para la Seguridad Vial por el director de Ambito Hábitat y Construcción, Tomás Zamora y ya se ha instalado en un paso de cebra en Castellón que actúa como prueba de la iniciativa.
Los sensores, ubicados bajo una baldosa, son capaces de detectar la presencia de una persona e interpreta si la persona está en movimiento o a la espera para cruzar.
Esta información, explicó Zamora, es transmitida a los semáforos, que se ponen en verde hasta que el peatón termine de cruzar, ya que también detectan su paso por el cruce y mantienen el color.
Petición de más zonas de tráfico lento y peatonales
Para una movilidad segura también es necesario, según los asistentes a este Congreso, promover las zonas de velocidad restringida a 30 kilómetros por hora -cuestión que apoya la DGT-, y que sean visibles para el conductor. La DGT cree que los ayuntamientos deben tener como prioridad a la hora de reducir la siniestralidad en las ciudades, que tiene como principales víctimas a los peatones y motoristas, las zonas 30, aquellas en las que se circula a 30 kilómetros por hora, que afectan al 80 por ciento de las calles.
De momento, las ciudades consideran necesario que se tienda a que el 50 por ciento de sus vías urbanas sean zonas tranquilas, saludables y seguras, mediante la implantación de espacios peatonales y zonas de tráfico lento (con circulación inferior a los 30 kilómetros por hora) o de coexistencia.
A ello se han comprometido los asistentes al encuentro en una declaración de principios para la Ciudad, Convivencia y Seguridad Vial.
La Declaración de Gijón 2009 comienza con el compromiso de actuar colectivamente para reducir la accidentalidad vial urbana y los impactos humanos, sociales y económicos que se derivan. Se hace imprescindible, en su opinión, medir los posibles efectos negativos del diseño de las infraestructuras y del mobiliario urbano para proteger a los colectivos más vulnerables, los peatones, ciclistas y personas con movilidad reducida.
Las víctimas también estuvieron presentes en estas jornadas, en las que plantearon la conveniencia de mejorar la atención y la información para con ellas y sus familiares, y han instado a las administraciones competentes para que implanten un estándar de respuesta al accidente.
