Trece detenidos y tres imputados de Huelva y Sevilla acusados de estafar 300.000 euros a la Seguridad Social

Los médicos presuntamente implicados habrían accedido a cambio de invitaciones a viajes, comidas, pequeños regalos e incluso dinero
La Guardia Civil ha desmantelado una red delincuencial que se dedicaba supuestamente al hurto y falsificación de recetas médicas, alrededor de unas 3.000, para posteriormente estafar a la Seguridad Social unos 300.000 euros. En total se han detenido 13 personas -dos médicos, un farmacéutico y diez visitadores médicos- y se han imputado a otros tres -otro visitador y dos farmacéuticos- de las provincias de Sevilla y Huelva.

En rueda de prensa, a la que han asistido el subdelegado del Gobierno en Huelva, Enrique Pérez Viguera; el teniente coronel de la Guardia Civil de Huelva, Francisco Fernández Sánchez; el capitán de la Guardia Civil de Ayamonte, Eduardo Aranda, y el sargento Hidalgo Fernández, Pérez Viguera se ha referido a los delitos que se le imputan a los integrantes de esta red que son el hurto continuado de recetas y sellos médicos, receptación de recetas con conocimiento de su ilícita procedencia, falsedad en documento público, denuncia falsa, estafa al Servicio Andaluz de Salud, usurpación de estado civil y el delito de cohecho.

Las investigaciones de esta operación, denominada 'Felicia', comenzaron el pasado mes de junio cuando la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y las Consejerías de Salud de distintas comunidades autónomas, comenzó a desarrollar una labor en lucha contra el fraude a la Seguridad Social en materia de sanidad.

La investigación se inició después de que se recibiera en el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Ayamonte un escrito dimanante del Juzgado de Instrucción 1 de esa localidad, en el que se requería la actuación de los agentes para verificar los extremos de una denuncia presentada por un médico, quien manifestó que le habían sido sustraídos siete talonarios de recetas del centro de salud de Punta del Moral.

Esto motivó que los agentes encargados de la investigación se dispusieran a averiguar el destino de estas recetas, así como el posible recorrido de dichos talonarios. En estas investigaciones, los guardias civiles se encontraron con que el Servicio de Inspección de Farmacia ya había iniciado unas pesquisas en este sentido, por lo que se decidió aunar fuerzas para llegar al fondo del asunto.

Fue en estos primeros movimientos en los que los agentes comprobaron que no se trataba solo de siete talonarios sino que la presunta estafa y la red que la estaba llevando a cabo pudiera ser aún más profunda.

Las recetas, alrededor de 3.000, que fueron analizadas por los agentes, a través de las copias y registros obrantes en la Consejería de Salud, presentaban características comunes como que habían sido sustraídas para utilizarlas posteriormente con el fin de obtener medicamentos de precios elevados, que oscilaban entre los 50 y 300 euros y estaban destinados a la curación de enfermedades crónicas.

Por su parte, el teniente Hidalgo Fernández ha destacado que con esta operación no se trataba de vender las medicinas en el mercado negro, ya que 'la mayoría acababan en la basura' cuando los farmacéuticos las retiraban, indicando además que el objetivo era incrementar las ventas de estos fármacos y viciar el sistema.

A pesar de que los datos de los pacientes, generalmente jubilados, eran reales, estos negaron haber recibidos tales medicinas. En otras ocasiones los pacientes habían fallecido con anterioridad a la expedición de la recetas y tampoco constaban en las historias clínicas de los pacientes el que les hubieran recetado esos medicamentos. A su vez, los datos de los médicos también eran reales, pero estos negaron igualmente haber extendido las mismas y las firmas no fueron reconocidas por los doctores y los sellos, que aunque similares, no eran los suyos.


EL CENTRO, PUNTA DEL MORAL

Después de estas verificaciones, los agentes llegaron hasta el centro de salud de Punta del Moral en Ayamonte, pues la mayoría de las recetas habían sido selladas y extendidas en este centro, a pesar de que ni los médicos ni los pacientes hubieran estado nunca en dicho centro. Además, según ha remarcado el capitán Aranda, 'llamó la atención el hecho de que este médico solo podía expedir 500 recetas y el número había sido muy superior'.

Allí, se centró la investigación sobre uno de los médicos que sustituyó al titular, quien previamente había denunciado la sustracción de diversos talonarios y del que se sospechaba que pudiera ser autor de una denuncia falsa. De igual manera, el análisis de la documentación que fue entregada por la Inspección de Farmacia, condujo hasta una farmacia de esta capital, donde una adjunta que había trabajado en la misma, había expedido medicamentos a través de estas recetas sustraídas. El pasado 19 de febrero se detuvo a esta farmacéutica como presunta autora de los delitos de receptación, falsedad documental y estafa.

La detenida, a pesar de sospechar que las recetas eran fraudulentas, las expendió manifestando que estas eran portadas por representantes de laboratorios farmacéuticos con la sola intención de aumentar los ratios de venta de determinados productos. La farmacéutica rellenaba los datos de los pacientes con la información que le aportaba el visitador.

Comprobado este extremo, se detectó otra partida de 125 recetas que bajo fórmula similar habían sido expendidas para la venta de un determinado producto farmacéutico en las provincias de Huelva y Sevilla, lo cual condujo a la detención del visitador médico como presunto autor de los delitos de receptación, falsedad documental, cohecho y estafa.

Esta detención condujo hasta el médico de Punta del Moral, presunto 'conseguidor' de las recetas, quien fue detenido en el centro de salud de Cartaya, como presunto autor de los delitos de hurto, cohecho, falsedad documental, simulación de delito y estafa a la seguridad social. De igual modo, y previa autorización judicial, se realizó un registro domiciliario donde se obtuvo abundante documentación, que pasó a ser analizada por los agentes de la Guardia Civil.

Con este puntal de la investigación afirmado, se averiguó la implicación de otros cinco visitadores médicos en esta trama, por lo que se implementaron los esfuerzos para abarcar a toda la red, que finalmente ha sido desmantelada con sucesivas detenciones llevadas a cabo en las provincias de Huelva y Sevilla, donde se detuvo a otro médico y se ha imputado a tres farmacéuticos de Sevilla.

Se pudo comprobar a su vez que incluso se llegaron a encargar sellos de caucho con los datos de los profesionales médicos, a los que se suplantaba para elaborar las recetas.


INCREMENTAR RATIOS DE VENTA

Una vez culminadas las metas principales de la investigación, ha resultado que el fin último era, como se ha citado, incrementar los ratios de venta de determinados medicamentos para influir artificialmente en el mercado farmacéutico, viciando el sistema. Los doctores implicados, al parecer habían accedido a estas actividades a cambio de invitaciones a viajes, comida, pequeños regalo e incluso dinero en efectivo.

Los agentes tuvieron conocimiento de los hechos a través del juzgado y a través de la propia Guardia Civil después de que el Servicio de Inspección de Farmacia de Huelva y Sevilla de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía comenzó a ver 'movimientos raros' en el control de las recetas. En la actualidad todos los detenidos se encuentran en libertad con cargos por estos hechos.

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