Varios testigos niegan que existiera un grupo organizado contra Grima

El guarda forestal y ganadero Santiago Mainar, esta mañana durante la quinta jornada del juicio por el asesinato de Miguel Grima. (Foto: Álvaro Calvo)
Varios testigos han negado durante la quinta jornada del juicio por el asesinato del alcalde de Fago, la existencia de un grupo organizado de oposición al edil en la localidad y también que hubiera algún tipo de celebración o de jolgorio en el bar del pueblo tras conocer la muerte de Miguel Grima.
Los dueños del bar, Mónica Crespo y Miguel Angel Molinero, han coincidido en resaltar que en su establecimiento no se desarrollaban reuniones de ningún grupo opositor al alcalde, y de hecho han recalcado que en el pueblo no existía un grupo organizado con tal fin, sino una asociación cultural dedicaba a la recuperación de cuevas u organización de excursiones.

Mónica Crespo, preguntada por el momento en que se enteró de la muerte del alcalde, ha dicho que se encontraba en el bar, donde también había varios cazadores, y ha insistido en que ‘es mentira’ que allí hubiera risas o jolgorio al conocer la trágica noticia, tal y como afirmó en la sesión otro testigo.

Ha reconocido tener problemas con el alcalde, pero siempre por motivos de gestión municipal, como la tasa establecida por el Ayuntamiento para cada mesa de la terraza de su bar, y ha comentado que al conocer la desaparición del edil y que el médico vasco Iñaki Bidegaín había visto su coche la noche anterior, porque su mujer se lo contó, se acercó a un agente de la Guardia Civil y se lo dijo.

Su marido, Miguel Angel Molinero, ha reiterado que en su establecimiento ‘no se celebró nada’ el día en que se enteraron de la muerte de Miguel Grima, con quien al llegar al pueblo tenían una ‘buena relación de amistad’ pero que con el tiempo ‘se fue deteriorando’.

Ha dicho que el único acusado, Santiago Mainar, y el alcalde tenían problemas judiciales, pero ha recalcado que nunca oyó amenazas por parte del guarda forestal, una afirmación con la que ha coincidido otro testigo, el ganadero José Alberto Aznar, quien además ha comentado que en el bar, aunque entraba poco, siempre se criticaba la gestión de Miguel Grima. ‘Yo también’, ha dicho, ya que le prohibió pasar con su ganado por el pueblo.

Respecto a las amenazas de las que era objeto el alcalde, la testigo Inmaculada Guallar, dueña de una gasolinera, ha explicado que oyó a un cazador llamado Juan Carlos decir, textualmente, que ‘tenía que pegarle cuatro tiros al alcalde de Fago y tirarlo al barranco’, y a otros que ‘había que cargarse’ al edil.

A preguntas del abogado de la defensa, Marcos García-Montes, ha respondido que nunca oyó amenazas contra el alcalde por parte de Santiago Mainar, una persona que ‘hacía su vida’ y siempre estaba metido en ‘sus cosas’, según el cazador Ernesto Barcos, que también ha declarado en la jornada de hoy.

Otra de las personas que ha testificado y que tuvo problemas con Miguel Grima, ya que no la quería empadronar en el pueblo, es Mónica Liliana Barcos, quien ha explicado que en Fago había ‘problemas vecinales, no personales’, pero ha hecho referencia a un verano en el que hubo muchos problemas: aparecían coches rayados o con ácido en las puertas e incluso se colocaban chinchetas en las ruedas de los vehículos.

Ha calificado a Grima de persona poco sociable y ha dicho que nunca llegaron a intimar, y respecto a su actitud en los plenos del Ayuntamiento, que eran ‘agresivos’, ha apuntado que siempre hacía comentarios despectivos a las personas que no estaban de su parte e incluso vertía insultos contra ellas, como ‘barriobajeras’. A su juicio, Grima tenía ‘buenas ideas para el pueblo’, pero ‘se equivocaba en las formas’.

La vista oral por el asesinato del alcalde de Fago continuará el lunes, 23 de noviembre, con la declaración de otras 27 personas, la mayoría de ellas contrarias a la gestión del edil.

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