MODA

Victoria de Inglaterra, la primera 'it girl'

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photo_camera Exposición "La moda romántica"

Eloy Martínez de la Pera, director general de la empresa proyectos y comisario de la exposición "La moda romántica" explica que Mariano Larra es la viva imagen del "hipster" más actual

Si la primera "it girl" fue la reina Victoria de Inglaterra, una mujer que en el siglo XIX se convirtió en un "referente de estilo", el primer "hipster" fue Mariano José de Larra, mientras que los actuales "bloggers" dictaban tendencias de las recién nacidas revistas de moda.

Así lo explica Eloy Martínez de la Pera, director general de la empresa proyectos y comisario de la exposición "La moda romántica", para quien Larra es la viva imagen del "hipster" más actual, dice señalando el cuadro de José Gutiérrez de la Vega expuesto en el Museo del Romanticismo, el lugar donde permanecerá la muestra hasta el 5 de marzo de 2017.

Esta exposición es una manera de acercar un siglo aparentemente lejano a la actualidad en la moda. "Ahora los diseñadores sacan colecciones cápsula y entonces nació la moda estacional", comenta Eloy Martínez.

La primera it girl

La reina Victoria de Inglaterra es, para el comisario de la exposición, la "Olivia Palermo de nuestros días". Ella puso de moda los cuadros escoceses que, hasta entonces, solo lucían los caballeros, una tendencia que las señoras copiaron en el resto de Europa.

Prueba de la influencia de la reina británica en la moda es la utilización del negro en señal de duelo. "Ella estableció el luto", pues fue la primera que se vistió de negro, durante tres años, tras el fallecimiento de su esposo, Alberto de Sajonia.

Y el diseño de un vestido de novia de la exposición es un claro espejo del que ella lució el día de su boda.

Este palacete, en pleno corazón de Madrid, nos transporta a la vida cotidiana de la alta burguesía del XIX, donde techos altos, delicadas vajillas y lámparas de araña conviven con trajes de novia, vestidos de baile, que pertenecieron a las mujeres que marcaron tendencia en su época.

Un momento que vive el nacimiento del dandi con levitas y chalecos exquisitos. "Lo que hoy vemos en las pasarelas de Milán en el XIX se veía en los salones de una burguesía interesada por la moda" y dispuesta a pagar por ella, señala.

La revolución de la moda

Asistimos al origen de la moda tal y como la conocemos ahora, en un siglo en el que confluye la revolución textil, la industria química evoluciona para conseguir mayor número de colores en las telas y las revistas muestran diseños que pasaban de mano en mano.

El Museo del Traje ha cedido la mayoría de los vestidos que se pueden contemplar en la exposición, y su asesora científica, Elvira González, desvela que así como el vestuario de la mujer sufre modificaciones a lo largo del siglo, "el masculino casi permanece invariable".

Ellos quieren diferenciarse del "antiguo régimen" y tras la Revolución Francesa optan por colores como el gris, el azul marino y el marrón.

"El pantalón aparece para quedarse", cuenta el comisario de la exposición, y el elemento creativo de su vestuario se concentra en el chaleco, "razón por la que llevan la levita abierta para lucirlo".

Los vestidos de las damas descubren su lujo y esplendor en los diseños de baile donde los "escotes se abren, la cintura cae y la mujer se empieza a exhibir piel", apunta González.

Profusión de detalles, riqueza de adornos, ricos encajes hacen de los vestidos femeninos una manifestación de clase social, que sin embargo, sabe cómo aprovechar sus posibilidades haciendo trajes, con cuerpo y falda, de manera que se pudieran intercambiar con otras piezas y así adaptarlo a un traje de día.

Diseños de carácter escultórico "por el uso del corsé y las crinolinas", que hacían de la falda una campana que impedía la cercanía y requerían mucho cuidado para tomar asiento.

Veintidós vestidos que permiten un paseo por la historia de la moda, por la vidas en las que imaginamos a mujeres "ligeras" y tempestuosas que se pavonean en el salón de baile y otras que sueñan con el día de su boda, con un vestido de novia para la "historia", concluye Eloy Martínez de la Pera.

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