COMUNICACIÓN

Fernández: “Es más importante cómo nos expresamos que lo que decimos"

Para esta experta en comunicación, "en España se comunica muy mal, porque es algo que nos nos enseñan nunca" 

En España comunicamos regular, tirando a mal. Ese fue el pie de entrada que Marina Fernández usó en la charla que ofreció ayer en el Centro Cultural Marcos Valcárcel, dentro del Foro La Región, y en la que buscó, según afirmó al comienzo, que "salgais de aquí sabiendo que la comunicación es vital, que tenéis que poneros las pilas y que conozcáis algunas herramientas necesarias para ello".

Apostó en su intervención por una constante participación del público, quien respondió a sus preguntas y planteamientos, aunque al principio la timidez se hizo notar. Marina Fernández comenzó afirmando que "no comunicar es imposible" y para demostrarlo sacó al frente a un "valiente", ya que previamente había instado a los presentes a levantar la mano si lo eran, y sin dejarle hablar hizo que el público le calificara. Hubo casi pleno de aciertos, según el protagonista, y así quedó demostrada la máxima de la comunicación. La ponente expuso entonces la conveniencia de controlar esos mensajes permanentes que transmitimos: "Si no se puede parar ni un minuto de comunicar, al menos que sea yo quien decida lo que quiero transmitir".

Tras preguntar al público su opinión, Marina Fernández explicó que "en la comunicación personal, un 55 por ciento lo aporta el lenguaje corporal, la apariencia física y cómo nos movemos; el 38 por ciento las características de la voz, si hablo muy alto, muy rápido, y sólo un 7 por ciento de la comunicación la aporta la verbal". Insistió en que "importa más cómo decimos las cosas que lo que decimos. No es lo mismo un te quiero mirando a los ojos y con la mano cogida, que dicho con desdén". Acompañó sus palabras con un vídeo de Barack Obama como ejemplo de excelente comunicador por todo lo que transmite y de César Alierta, como el ejemplo totalmente contrario.

Recordó la importancia de la imagen, "cuidarla es mostrar respeto a los demás y a uno mismo", insistió en la trascendencia de la primera impresión, "hay que dejar una buena huella", y finalizó su intervención con un consejo para la buena comunicación: "Ir siempre con la sonrisa puesta".

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