El abogado de Porto pide la absolución de Rosario por la inconsistencia de los indicios

La defensa de la madre destaca la inteligencia de su cliente para echar por tierra la relación entre Rosario y los objetos encontrados junto a la escena del crimen.

El penalista José Luis Gutiérrez Aranguren, que se encarga de la representación legal de Rosario Porto, acusada de la muerte violenta de su hija Asunta, ha reclamado hoy la libre absolución para su cliente ante la falta de pruebas y la "inconsistencia" de los indicios de una investigación que, desde la primera noche, se centró en los padres de la víctima.

Este abogado, en la última jornada del juicio, dedicada a las conclusiones finales de la defensa, se ha referido a los principales indicios contemplados en la instrucción, como las cuerdas halladas en la casa de Teo (A Coruña) en la que supuestamente murió Asunta, iguales a las vistas en la pista forestal junto a su cadáver; y también a la tierra de ese alud y a la localizada en el coche de su cliente, que finalmente no se pudo relacionar.

También ha insistido Gutiérrez Aranguren en que, pretendiendo relacionar dichos objetos con la autoría del crimen por parte de Rosario Porto, parece "que estamos hablando de alguien que raya la subnormalidad, y estamos hablando de alguien sumamente inteligente".

Ha explicado que, si la hora de la muerte está fijada como máximo en las ocho de la tarde del 21 de septiembre de 2013, Rosario Porto habría tenido, según marca la alarma de la vivienda, hasta una hora para eliminar los vestigios de esa casa donde supuestamente asfixió a su propia hija.

Sostiene este letrado que las sospechas no tienen coherencia, puesto que carece de sentido que Rosario Porto hubiese quitado las alfombrillas traseras del vehículo para eliminar pruebas -en el caso de la tierra- y no, en cambio, las delanteras.

Otra cuestión que, a su parecer, no encaja con la acusación sobre su cliente, es la alusiva a los ensayos de sedación, puesto que se ha preguntado Aranguren si hay que hacer ensayos de dopaje para acabar asfixiando con un objeto blando, sabiendo que llevar a la niña en esas condiciones a clase hubiese podido despertar alertas.

Respecto a la inconsistencia de las pruebas, ha remarcado además la "inconexión" entre las horas que apuntan las acusaciones sobre la sedación, puesto que si fue en la comida, la niña no podría seguir andando con absoluta normalidad en los momentos en que la capta la cámara o, supuestamente, la ven en la calle.

El letrado también ha apuntado a la imposibilidad de que Rosario, dadas sus condiciones físicas, pudiese cargar con Asunta escaleras arriba y abajo.

En el mismo sentido, ha recordado la posición en la que la menor fue encontrada en el terreno, puesto que estaba colocada de forma cuidadosa, no teniendo Rosario Porto "fuerza para hacer todo eso".

En cuanto a la omisión del dato de dónde dejó a su hija la tarde del 21 de septiembre, el letrado ha insistido en la "situación de shock" de su cliente al haber perdido a su cría.

En referencia al móvil del crimen, este abogado ha recordado la relación "idílica" reseñada por los testigos entre madre e hija y ha apuntado que si Rosario no pasó el máximo tiempo posible ese verano con Asunta, fue por su enfermedad, ya que no quería "tener a la niña atada a una madre enferma y deprimida" y prefería ella que la pequeña disfrutase de sus vacaciones estivales.

Gutiérrez Aranguren ha apelado a la cautela del jurado popular y les ha recordado en la sala que "un pronunciamiento de no culpabilidad no quiere decir impunidad de un crimen".

En ese sentido, ha hecho referencia a la existencia del "derecho de no ser condenado sin pruebas" válidas.

Ha explicado una de las bases del derecho en España, con el principio jurídico 'in dubio pro reo', que quiere decir que, en caso de duda, se deben pronunciar "en favor del acusado".

Ha enumerado ejemplos en los que se culpó a inocentes como el Caso Wanninkhof en el que una mujer gallega, Dolores Vázquez, "se pasó 579 días de prisión" con una condena ratificada, a pesar de que luego se demostró su inocencia.

También ha hecho alusión al episodio de Eva Blanco, en el que después de 18 años, de forma reciente, "se pudo dar con la identidad" de la persona que la asesinó.

El penalista coruñés ha resaltado que su función en este juicio comenzó cuando Rosario Porto lo contrata, pero "no me pide que la absuelva, me pide que encuentre al que mató a su hija".

Rosario Porto y Alfonso Basterra son los únicos acusados del crimen de su hija Asunta, que fue encontrada en una pista forestal de Teo (A Coruña) en la madrugada del 22 de septiembre de 2013.

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